Puerto de Ribadeo (Lugo, Galicia). Fotos. mmhr/2009

viernes, 17 de octubre de 2014

Pablo de Olavide

Entre los ilustrados americanos destaca Pablo Antonio José de Olavide y Jáuregui (Lima, 25 de enero de 1725 – Baeza, Jaén, 25 de febrero de 1803). Hijo de un hidalgo navarro, Martín de Olavide, contador mayor en el Tribunal de Cuentas de Lima y de María Ana de Jáuregui cuyo padre era un capitán sevillano asentado en Lima. Fue un estudiante precoz y tuvo una carrera meteórica. Estudió en el Colegio Real de San Martín de Lima, regido por los jesuitas. A los 15 años se graduó como Licenciado y Doctor en Teología por la Universidad de San Marcos de Lima, en la que dos años después que consigue el doctorado en Derecho, obtendría la cátedra en la Facultad de Teología. Con 20 años fue nombrado oídor de la Real Audiencia de Lima. No obstante además de sus propios méritos académicos hay que tener en cuenta las influencias de su padre, de los jesuitas y no olvidemos la corrupción que había en torno a los cargos en los virreinatos americanos en esta época (como describen bien Jorge Juan y Antonio de Ulloa en las Noticias secretas dirigidas al marqués de Ensenada, e inéditas en España hasta 1918). Fue un escritor, jurista y político español, quien desarrolló exitosas empresas de colonización en España, en Sierra Morena, conocidas como las Nuevas Poblaciones de Andalucía y Sierra Morena. Tras el terremoto de 28 de octubre de 1746, que destruyó Lima y fue la causa de la muerte de su familia, fue nombrado por el propio virrey Manso de Velasco administrador de los bienes de los fallecidos, especialmente de las obras pías venidas al suelo por el seísmo; fue acusado de haber tomado dinero para obra impía, como la construcción del Teatro. Se fugó a España dejando cuantiosas deudas. Olavide argumentó la muerte de su padre para evitarse problemas con la justicia. Llega a Madrid en 1752. En 1754 fue encarcelado y sus bienes confiscados por orden del Fiscal de Indias. En 1757 es puesto en libertad, silenciándose su causa, aunque se le suspendía por diez años de su cargo de oídor en Lima, intentando escarmentar a los corruptos de la administración colonial y manteniendo la confiscación de sus posesiones. Antes de esta sentencia "jugó sus cartas" casándose con una viuda mayor y muy rica e ingresando en la Orden de Santiago. Intenta de ese modo acercarse a la Corte. Se dedica importantes negocios y a viajar por Europa, entrando en contacto con los ilustrados franceses. Su afrancesamiento es indiscutible. Llevará a cabo algunas tares de gobierno en Madrid, con éxito y de ahí que Carlos III le encomiende en 1767 proyectos de colonización en diversas zonas del sur de España, siendo nombrado Intendente de Sevilla y del Ejército de Andalucía y Superintendente de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena y Andalucía. Con este nuevo cargo comienza a planificar una reforma al modelo del Despotismo ilustrado en el comercio, los asentamientos, la defensa y promoción de la cultura, abriendo la primera escuela de arte dramático de España, y la desposesión de privilegios, con la reorganización de algunas zonas urbanas de la ciudad. Su fama se extiende por toda la Corte. Posteriormente emprende la colonización de Sierra Morena de conformidad con el Fuero de las Nuevas Poblaciones de 1767, en un magno proyecto de más de 40 años para el que contó con amplios poderes y el apoyo de Campomanes y las propiedades confiscadas a los jesuitas.
Rótulos de azulejos testigos actuales de la división de la ciudad de Sevilla llevada a cabo por Olavide.
En 1768 llegan al puerto de Bilbao 29 cajas de libros adquiridos en sus viajes (1757-1765), unos 2.400 volúmenes -muchos prohibidos- que enviará a su domicilio en el Alcázar de Sevilla. Nuevas adquisiciones más suscripciones a revistas extranjeras, harán que la Inquisición levante su suspicacia y lo ponga en su diana como intelectual sospechoso.
El Santo Oficio seguirá en secreto un lento proceso de información sobre su conducta, que concluyó finalmente con su acusación, encarcelamiento y condena. Toda su labor política quebró al aparecer la Inquisición. En 1775 se le abrió proceso inquisitorial y fue acusado por haber sostenido ciento veinte y seis proposiciones heréticas entre las cuales dice un biógrafo que «había muchas exactas si bien otras eran impertinentes, tales como haber defendido el sistema de Copérnico y haber prohibido en las colonias que se tocasen las campanas a muerto, para que no se abatiese el ánimo de los pobladores que diariamente diezmaban la peste.» Ingresa en prisión a fines de 1776.

"La severa sentencia impuesta por la Inquisición, el 24 de noviembre de 1778, se realizó a puerta cerrada. El acto es universalmente conocido con el nombre de "Autillo de Olavide". En él se le declaró "hereje, infame y miembro podrido de la Religión". Se le condenó a exilio perpetuo de veinte leguas de Madrid, de las residencias reales, de Lima, de Andalucía y de los Nuevos Establecimientos de Sierra Morena; a ocho años de reclusión en un monasterio, bajo las órdenes de un director de conciencia, que le enseñaría todos los días la doctrina y los dogmas de la fe católica, que le haría confesarse, oír misa, rezar el rosario y ayunar todos los viernes durante un año si el estado de su salud se lo permitía. Además, le haría leer las obras de fray Luis de Granada y del P. Segneri. Como infame no podría jamás ceñir la espada, ni vestir hábito de oro, plata, pedrería ni seda, sino solamente telas ordinarias de color amarillo; sus bienes quedaban confiscados y él mismo y sus descendientes hasta la quinta generación eran excluidos de todo empleo público."


Estuvo 17 años exiliado en Francia. Diderot pronunció un famoso discurso sobre su figura ante la Asamblea General; Voltaire dijo de él: "Vos y cuarenta como vos necesita España". Vivió la Revolución francesa y la Convención republicana le nombró ciudadano de honor. Durante la época del Terror fue detenido como extranjero sospechoso de ayudar a la aristocracia, pasando nueva meses en prisión temiendo ser guillotinado, como tantos.
 En 1798 Carlos IV le permite volver a España, le restituye sus dignidades y le concede una renta. Se retira a Baeza (Jaén) donde fue acogido por su prima a quién nombró heredera. Al morir en 1803 fue enterrado en la parroquia de San Pablo de Baeza.

Primer plano de Sevilla creado por Pablo de Olavide

Nota 1. Fue un personaje de indudable trascendencia en la historia de la Universidad de Sevilla, al ser el autor de la "primera reforma universitaria moderna" en España, con su Plan de Estudios para la universidad hispalense. Si hasta hace poco era enfocado en su labor colonizadora, la crítica actual destaca su actuación en los terrenos de la beneficiencia social, de la reforma agraria, de la organización municipal, de la renovación teatral y de la modernización de la enseñanza. Un criollo ilustrado con una historia pintoresca, cuyo nombre se puso en 1997 a la segunda universidad de Sevilla, no sólo en honor a su trabajo como Intendente de la ciudad hispalense, sino también por la vocación americanista de dicho institución universitaria.
Nota 2: Me he centrado en su vida política pero no es menos importante su labor como escritor, con obras políticas, filosóficas, dramáticas y traducciones de muchas obras de autores como Racine o Voltaire.

10 comentarios:

Mark de Zabaleta dijo...

Desconocía su historia. Muy interesante...

Saludos

Independiente Trashumante dijo...

Así les ocurre a los personajes que pretenden mejorar el mundo: perseguido por la Inquisición y por los revolucionarios franceses desquiciados. Parece una ley que se cumple siempre.

Gracias y saludos.

mmhr dijo...

Aquellas personas que han intentado el progreso de este país han sido perseguidos por el stablishment, la mayoría de las veces. Muchas gracias, Mark. Saludos.

mmhr dijo...

Hola, Independiente. Por desgracia siempre ocurre lo mismo. Gracias, a ti. Saludos.

Unknown dijo...

Muy interesante la historia y vivencias de Pablo Antonio José Olavide. Procesado por la Inquisición y más tarde a punto de morir en la guillotina...una vida muy intensa de éste filósofo, escritor o poeta. Un besito

mmhr dijo...

Buenas noches, Águeda. Olavide fue sobre todo un político ilustrado, bastante culto y con una vida un tanto agitado en una época muy revuelta. Un beso.

Pensador dijo...

Hola Mercedes:

Un criollo que enriquece la historia de dos mundos, una mente brillante de ascendencia española y cuna peruana, a la que nunca más volvió.

Un abrazo.

mmhr dijo...

Hola, Pensador. Creó que aportó bastante. Un abrazo.

igoa dijo...

"Pablo de Olavide", que maravillosa sorpresa, querida Mercedes.
Es uno de los "ilustrados" que siempre estudiaba con mis alumnos. Tenia demasiados enemigos y favores reales...alguien se valio de la Santa Inquisicion para perderle y desposeerle de sus bienes.
Nada nuevo!
Gracias por revivirlo.
Besos

mmhr dijo...

Hola, Igoa. Un ilustrado importante y no muy estudiado. La mayoría de la gente no lo conoce. Gracias, a ti. Un beso.

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