Puerto de Ribadeo (Lugo, Galicia). Fotos. mmhr/2009

jueves, 26 de octubre de 2023

El Café de París

          El frío la despertó, sentía la humedad en sus huesos. Clara se envolvió en la bata, intentando entrar en calor, y se asomó por la ventana. La tarde se iba, la gente, protegida del frío con gruesos abrigos, deambulaba cargada de regalos navideños.

          Necesitaba salir, hablar con alguien...Se dio una ducha caliente y se vistió. Bien abrigada bajó a dar un paseo, caminando sin rumbo por las calles adornadas con luces de colores. En los comercios sonaban villancicos. Se sentía extraña, como si fuera otra persona, su vida había dado un giro. Las circunstancias la habían llevado a esta ciudad, provinciana, lejos de todos sus conocidos pero no importaba, saldría adelante.

          Frente a ella en la plaza, el letrero luminoso del Café de París parecía llamarla, entró y una oleada de calor la acogió. Tomaría un expreso. Encontró una mesa libre en un rincón, junto a la ventana de cristales empañados, se despojó del abrigo y se sentó. La cafetería estaba llena, tardarían en servirla.

          Se asustó al oír a la camarera preguntar qué quería; estaba sumergida en sus pensamientos y no la oyó. La pobre muchacha se disculpó y tomó nota del expreso. El café la reconfortó. Mañana empezaba a trabajar en un lugar nuevo pero, estaba acostumbrada...

          Después del café estuvo paseando, deambulando por las callejas viendo a la gente eufórica con las últimas compras, regalos y más regalos, en fin, algo de lo que este año se libraría; como estaba sola no tendría que hacer esas compras que, a veces, le habían emocionado.

          A las siete de la mañana sonó el despertador desafiante. Se sentía muy animada, tarareaba una canción de Phil Collins. Eligió un traje pantalón de color gris, una camisa color melocotón, zapatos cómodos y se puso un grueso abrigo. Desayunaría en el camino, en cualquier bar cercano a la facultad.

          Grupos de estudiantes se dirigían a clase con premura (por el frío, seguramente). Entró en la secretaría y se presentó. Carmen -así dijo llamarse-, la ayudante del decano, la estaba esperando. El decano estaba en un congreso, así que ella se encargaría de informarle sobre todo lo concerniente a sus clases.

                                                                ****

          En otro lugar de esa misma ciudad, Marta aceleró el paso hacia el Café de París. Llovía incesantemente. Se había refugiado en aquel café, que era su favorito desde hacía tiempo. Pidió un té y al poco tiempo, el camarero le sirvió una tetera humeante de la cual emanaba un dulzón y agradable aroma a canela y menta.
          Mientras se tomaba una taza, a pequeños sorbos, lentamente, miró a través de la ventana empañada por el calor del local. La gente se apresuraba de aquí para allá, calándose bajo la lluvia. Se estremeció, un espasmo de frío le provocó un ligero temblor y le obligó a echarse el abrigo sobre los hombros.
          Aquel café se encontraba en una plaza de la cual partía una alameda. Los árboles desnudos se mecían con el viento...

          Desde hacía años, su empresa la enviaba a esa ciudad para presentar la nueva campaña de sus productos. Siempre en la misma fecha, era la campaña navideña. Siempre la lluvia era la protagonista en los pequeños ratos libres y su refugio, el Café de París. Le hubiera gustado ir alguna vez en primavera y pasear bajo los álamos, y oler las rosas de los jardines...
          Se sirvió otra taza y empezó a recordar la segunda vez que estuvo allí. Ese año no había ido sola, la había acompañado Esther, su secretaria. Tenían que ver a uno de los clientes cuando, de pronto, les sorprendió un aguacero y buscando donde protegerse, encontraron este café. Fue Esther la que pidió esta variedad de té, y a ella le gustó tanto, que ya siempre lo pedía.
          Recordó a Esther, una vez más. Imposible no recordar. Tendría que haber dejado de ir a esa ciudad y a ese café. El aroma de su taza le hacía evocar a su secretaria, lo que le producía una extraña y dolorosa sensación.
           Habían charlado mientras esperaban a que escampara. Esther llamó al cliente y atrasaron la cita para una hora después de la concertada. Era una chica muy agradable y eficiente. Además prefería ir acompañada, y sus jefes no pusieron ningún problema cuando les dijo que viajaría con ella.
           Esther, se disculpó, y fue un momento al baño, dejando caer su abrigo en la silla.
Pasaron quince minutos y Esther no volvía. El móvil empezó a sonar con una cancioncilla vulgar y al poco se calló.
           Veinticinco minutos. Le pareció mucho tiempo. Iban a llegar tarde a la cita y no se lo podían permitir, la empresa necesitaba a aquel cliente.

          Bueno, quizás se estaba retocando, pero, su móvil volvió a sonar. Miró la pantalla sin atreverse a contestar. No le parecía bien, podía ser alguna llamada privada. Era una llamada oculta.

          Treinta minutos. Se levantó y fue hasta el baño. Pensó que tenía que haber ido antes, ¿y si le había ocurrido algo? El baño estaba cerrado. Llamó y nadie respondió. Volvió a llamar, pero nadie respondía.
          Salió, se acercó a la barra y le explicó al camarero lo que ocurría. Este, tomando la llave, fue con ella e intentó abrir la puerta, pero estaba cerrada por dentro... Entonces, empezó a empujar, fuertemente, hasta que una fuerte patada hizo saltar el pestillo...Allí ¡no había nadie!
          Le dijo que eso era imposible, la había visto entrar, no le cabía la menor duda, y no había salido. Su abrigo, su móvil estaban allí en la mesa. El baño no tenía ventana, pero Esther había desaparecido, sin dejar rastro, delante de sus narices y no volvió a saber de ella.

                                                                     ****

          Clara se acostumbró al Café de París y casi todas las tardes de camino a casa se detenía a tomar un expreso. Los días navideños pasaban pero la gente seguía invadida por el consumismo característico de nuestra sociedad. Aquel día el café estaba atestado, no quedaba una mesa libre, ni siquiera podía acercarse a la barra. Se dirigió al servicio, había cola..., esperó su turno pero cuando iba a entrar se le cayó el bolso desparramando todo su contenido; estuvo recogiendo sus cosas y cuando terminó se dio cuenta que se había quedado sola. Bueno, por fin podría entrar al baño. No podía abrir la puerta, parecía atascada o ¿es que aún quedaba alguien dentro? Empujó con el hombro y la puerta cedió...¡Oh! ¡Estaba ocupado! Se disculpó saliendo rápidamente. Unos minutos después salió la chica dirigiéndose al lavabo...y allí seguía, mirándose en el espejo con una rara expresión cuando Clara terminó de lavarse las manos.

          El café estaba bastante despejado cuando Clara volvió del servicio. Se sentó en una mesa a esperar su expreso. Le encantaba ver como la camarera, sin preguntarle ya, le servía el expreso a su gusto. Llevaba un par de semanas pero aún no había salido con nadie de la facultad, la verdad es que le gustaría conocer gente, hacer amigos, quizás era pronto.

          Vio a la chica que se dirigía hacia donde ella estaba, no, fue hasta la mesa de al lado y, no supo que pasó pero se formó un revuelo, había una mujer en el suelo, desmayada...La estaban atendiendo. Cuando volvió en sí no dejaba de repetir ¡No es posible! ¡No es posible! dirigiéndose a la chica del baño, la rara, que se estaba sirviendo una taza de té. ¿De dónde sales Esther? ¡Estás igual que el día que desapareciste! Esther miró a Marta, tomó un sorbo de té, no sabía de qué estaba hablando, sólo había ido un momento al baño y girándose hacia Clara le dijo que ella lo podría corroborar, pues habían coincidido en los lavabos...

                                                                  ****

          Es primavera. El Café de París tiene su terraza llena y animada; en una de sus mesas tres amigas conversan, recuerdan cuando se conocieron. Clara las conoció, a Marta y a Esther, en este lugar, hacía varios años. Marta había ascendido, era la directora de la nueva delegación de su empresa en esta ciudad provinciana; Esther siguió con ella como secretaria; Clara, había encajado bien en la facultad. El decano, sus compañeros, los alumnos..., aquella ciudad provinciana..., sus dos amigas...La camarera se acerca, sirve un expreso a Clara y deja una tetera humeante que desprende un olor a canela y otras especias, para Esther y Marta. Esta le contaba la desaparición de Esther unos años antes de que las tres coincidieran allí; Clara nunca supo porqué se inventó esa historia, parecía obsesionada con ella. Esther se reía, mientras se tomaba la taza de té, no entendía nada, ¿por qué Marta se inventó aquella historia de su desaparición? Tampoco le explicó nunca qué hizo con su abrigo y su móvil y por qué cada vez que necesitaba ir al baño, la acompañaba. mmhr/2016


Foto: mmn/2011

jueves, 24 de agosto de 2023

Microrrelatos

Microrrelatos de 6 palabras

1. EL FINAL 

Al despertar supo que había muerto.

2. LA MINA

Oyó el clic. Todo se acabó ¡Boom!

3. VAMPI

Besó su cuello. El ataúd esperaba.

4. LOCURA DE AMOR

La amaba con locura. quedó ciego.

5. AMOR VERDADERO

Dejó todo por amor. Feliz dependencia.

6. LA DERROTA

Cayó rendida. El amor la desarmó.

7. LA MONTAÑA

Decidió bajar. Mahoma la esperaba.

mmhr/2023

sábado, 19 de agosto de 2023

Madona con abrigo de piel

                     Sabahattin Ali es el autor de esta obra en la que se trata una historia de amor singular y difícil de olvidar.

                    Un joven turco llega a Berlín para aprender los secretos del negocio de su familia, la fabricación de jabones. Es un joven soñador, inexperto, amante del arte y de la literatura que se dedica a leer y a visitar exposiciones. Una tarde se queda extasiado ante un retrato de una joven y poco después la conocerá, cambiando su vida para siempre. Los desencuentros entre el deseo y la realidad, la relación entre Oriente y Occidente, un atisbo de entendimiento entre dos mundos que parecen irreconciliables.

                    

                Era como si el interés que hasta ese momento había escatimado al género humano, el cariño que no había experimentado por nadie, se hubiera acumulado en mi interior y saliera ahora en todo su esplendor gracias a esa mujer. 
                        

                        El autor, nació en 1907 en una región del Imperio otomano que hoy pertenece a Bulgaria, fue uno de los pionero de la novela turca moderna. Educado en Turquía y en Alemania, escribió poesía, novelas y relatos. Hombre de letras, gran erudito y socialista convencido, fue propietario y editor de un semanario de sátira política en los años cuarenta. Estuvo encarcelado en dos ocasiones por sus criticas al gobierno de Kemal Atartürk. Sus libros fueron prohibidos hasta 1965. Falleció en extrañas circunstancias mientras intentaba cruza la frontera búlgara escapando de su país natal en 1948, porque no podía ganarse la vida ni como profesor. mmhr/2023

jueves, 17 de agosto de 2023

Un largo sueño en Tánger

                        El autor de Un sueño en Tánger, Antonio Lozano, ha hecho que me sumerja en una preciosa historia, que me he leído en dos ratos absorbida hasta perder la noción del tiempo.

                        Su protagonista, Isabel, se encuentra en como por un accidente y desde ese estado nos cuenta su vida, sus circunstancias en una sociedad en la que los valores que han dirigido su vida han cambiado: su drama personal, su relación con los marroquíes en una ciudad que ya no es colonia española. Ella desde el silencio llevará acabo una revisión de toda su vida como española, como mujer española en esta ciudad mediterránea.

                        Esa revisión la lleva a una catarsis vital en la que la sororidad tiene un papel muy importante.

                Volví a suplicarle al tiempo que pasara veloz, a la noche que regresara pronto, que acudiera en mi auxilio. Cada día me reservo, para cuando se haya vaciado la habitación, algo de lo ocurrido, alguna conversación escuchada, un sentimiento herido y, cuando es posible, un momento agradable que paladear. Pero ahora quisiera dormir, necesito descansar.

                --No sabe cuántas veces me he sentido pequeña frente a usted, señora, y para qué contar frente al señor...Pero con usted, señora, me he sentido muchas veces como la última y más miserable criatura de la Tierra.
mmhr/2023


jueves, 22 de junio de 2023

Descubriendo a Alaa al Aswani

                     "La República era esto" es una novela de Alaa al Aswani, autor egipcio de mayor proyección internacional después del nobel Naguib Mahfus.

                    Fue uno de los principales enemigos públicos de la dictadura egipcia por lo que tuvo que exiliarse a Nueva York. En "La República era esto" narra los acontecimientos sucedidos en la plaza Tahrir de El Cairo en 2011. Aquella revuelta está muy bien narrada en su obra por la que una serie de personajes desfilan a lo largo de los diferentes capítulos y se entrecruzan. Esta novela está prohibida en Egipto.

                    Dentista de profesión era en 2011 uno de los autores egipcios más populares y se erigió en un gran defensor de la revuelta civil, primavera árabe en Egipto. Una vez que el presidente Mubarak renunció, se enfrentó al primer ministro Ahmed Shafik en un debate televisivo increpándole en nombre de las víctimas de las manifestaciones pacifistas de la famosa plaza Tahrir que todos vimos desde el sofá en los telediarios. a la mañana siguiente el primer ministro dimitió. Más tarde criticó al presidente Abdel-Fattah al-Sisi.

                    Los personajes de la novela son un ejemplo de la sociedad diversa que el gobierno egipcio niega. Todos ellos forman un conjunto coral que se enredan en unas historias que confluyen en la plaza Tahrir durante la revuelta. Su publicación le llevó a un juicio militar acusado de insultar al estado egipcio.

                    Es una obra que se puede leer del tirón porque te atrapa desde el principio. Escrita de un modo magistral, directo y realista. MMHR/2023

 

jueves, 1 de junio de 2023

Sensaciones

 Sensaciones

                Acababa de llegar a la ciudad. Nunca había estado allí. Dejó el equipaje en la habitación y salió a dar un paseo por sus calles.

                Era un día cálido y pronto le entró sed. Se sentó en una terraza y se pidió una cerveza bien fría.

                Una suave brisa la envolvió. El aire olía a mar aunque estaba lejos de la playa.

                No se había dado cuenta donde estaba hasta que le llegaron los gritos de los vendedores pregonando sus mercancías. Detrás de los árboles que le daban sombra había un mercado al aire libre y hacia allí encaminó sus pasos una vez pagó al camarero.

                El mercado formaba un cuadrado de tenderetes en los que había de todo: pescado, marisco, carnes y quesos, frutas y hortalizas. Precisamente cerca de donde había estado sentada estaban los puestos de mariscos por eso le llegó el olor a mar.

                Deambuló viendo los chillones colores de las frutas. El olor, los olores se mezclaban, el del pescado con el de las sandías abiertas; el de los quesos con el de los mangos y melocotones; el de las especias con las carnes. Junto a toda esa sinfonía de olores y colores destacaba el griterío de hombres y mujeres pregonando las bondades de sus mercancías.

                A este lugar volvería cada semana a dejarse engatusar por los vendedores. Hoy sólo haría fotos y se dejaría llevar por los sentidos. mmhr/2023

domingo, 28 de mayo de 2023

El paraguas

 El paraguas

Salir a caminar bajo la lluvia fue una práctica habitual durante una época de su adolescencia. Se sentía libre y pensaba en un futuro mejor que aquel presente. Tenía que mentir para que la dejaran salir. Se inventaba que tenía que ir a casa de alguna compañera del instituto. Si hubiese dicho lo que pensaba hacer, caminar bajo la lluvia, sin rumbo, andar por andar oyendo las gotas chocar en el paraguas...Pero ella se sentía en otro mundo, en el suyo, imaginado. Un mundo en el que estaría relajada y no tendría que escaparse a caminar bajo la lluvia. Huele la tierra mojada y recuerda esos paseos solitarios con su paraguas como único compañero de camino. El agua le salpica los pies, está fría...Cuando vuelve, es otra, la lluvia, el paseo, la han renovado y llenado de energía para seguir esperando el futuro, el ahora. mmhr/2023

domingo, 21 de mayo de 2023

Cuarentena

 Cuarentena

            Me acerco a la ventana para ver gente. La abro y me llega olor a café recién hecho y tostadas. Es muy temprano. Miro a la calle, solo pasa un muchacho que pasea al perro. Estoy sola. Oigo a los vecinos, escuchan las noticias mientras desayunan. Vuelvo a mirar por la ventana, no pasa nadie. El día empieza a clarear. La cafetera se ha estropeado, me toma la tostada con el aroma del café de los vecinos. Empiezo el teletrabajo. Me sumerjo en la novela que estoy traduciendo, los personajes me esperan, me acompañarán gran parte de este día, otro solitario día. mmhr/2023

martes, 16 de mayo de 2023

Rojo

             El color rojo es mi favorito. Una vez me lo preguntaron en una entrevista de trabajo y se dio por finalizada en ese momento. Es decir, metí la pata.

 Rojo

El rojo es excitante, agresivo, aventurero, provocador y me sigue gustando.

Es el color de las rosas que perfuman mi jardín de las delicias.

Es el color del beso de tu boca que llena de fuego mi cabeza.

Rojo como la cereza, la guinda y la manzana que mordemos con la complicidad del tiempo.

Rojo es el color del corazón que bombea la sangre.

Rojo es el color de la sangre que recorre nuestros cuerpos.

Rojo es el color del fuego renovador de la vida.

Rojo como el crepitar del tronco en la chimenea.

Rojo como el sol en el ocaso tropical.

Símbolo de la pasión de los amantes que se enredan en fugaces encuentros infinitos.

El color rojo es la vida que se nos escapa como los ríos que mueren en el mar de tu sonrisa.

 

            Volveré a decir que me gusta aunque me juzguen como aquel entrevistador. Ahora le mentiría diciendo gris y conseguiría el trabajo al que iría vestida de rojo el primer día y muchos otros.

MMHR/2023

domingo, 7 de mayo de 2023

El tesoro

 El tesoro

¡Qué jaleo! ¡Qué alboroto! La casa de campo de la abuela estaba atestada. Allí estaban todos, todos: los tíos, los primos, algunos parientes que nunca supo en realidad quiénes eran...

Se celebraba el cumpleaños del abuelo, el ochenta aniversario.

Siempre le gustó aquella casa, así que desde hacía algunos años había decidido explorarla por su cuenta. Era el más pequeño de todos y prefería echar una ojeada por las habitaciones en busca del “tesoro”. Hacía varios años que lo hacía, era más divertido que estar junto a todos los parientes. El tesoro que buscaba, y siempre encontraba alguno, podía ser cualquiera de los pequeños objetos que abarrotaban los muebles. El año pasado fue un anillo con un cristal verde que guardó en su bolsillo; el anterior fue un dedal con una virgen, o ¿fue la foto de su abuelo de soldado? No lo recordaba bien. Siguió en busca del objeto preciado, ¡lo encontró! Era un encendedor con unas iniciales que guardó en el bolsillo de su pantalón y se reunió con los demás.

Su abuela lo miró y él, risueño, le devolvió la mirada. La abuela le pidió que la ayudara en la cocina con el pastel. Le dijo que eran muchas velas pero entre los dos terminarían antes. Al acabar su abuela le dio un achuchón y sintió el objeto de su bolsillo, le besó y sonrió...mmhr/enero-2023

martes, 2 de mayo de 2023

La estupidez anda a trompicones

 La estupidez anda a trompicones

        Es posible, quizás, todo está en el aire, sujeto con pinzas de hielo…Las gotas de lluvia mojan mi rostro. ¿Es posible…? Quizás, algún día vuelva la lluvia; quizás algún día vuelva la estupidez a andar a trompicones; quizás algún día vuelva al oscuro y profundo mundo del silencio. No me gustan los martes ni los jueves nublados. Pienso que es mejor vivir en un eterno viernes con sol y temperatura primaveral. Mis párpados se cierran, los ojos llorosos por la luz reflejada en el océano, pero no me importa. Disfruto mirando el océano los viernes ¡qué absurdo! ¿Acaso no es igual el mirarlo cualquier día de la semana? Soy absurda, sí, lo confirmo. Y la estupidez vuelve, ya no camina a trompicones, viene rauda y veloz y se instala en mi mente adormecida por el sol. Así estoy, el sol me molesta, la sombra me da frío. Frente al mar, en la hamaca, que bien se ve el mundo sin pensar en nada. Luego, meditas un poco y ¡ah! Aparecen los problemas pero, ¿qué problemas tengo? En realidad, solo la salud. Sigo cuidándome, estirando los meses, los años...El sol, el mar, la compañía, todo bien menos la arena que ni siquiera la nombro; no puedo pisar la arena seca, me molesta que se meta entre mis dedos, no quiero pisar arena. Voy a darme un remojón, no me fío mucho del oleaje. El agua está fresca, es invierno aún, pero es agradable. Al final entro en el mar y dejo que el agua acaricie mi piel. Salgo a los cinco minutos, me envuelvo en la toalla calentada por el sol ¡qué placer! Menos mal que tengo puesto los escarpines y la arena no me va a molestar. Camino un poco, sigo hasta el faro. El sonido del mar, su olor, el calor del sol, podría estar así muchos días del año pero me obceco con mil pamplinas y me lo pierdo. Debo intentar llevarme más por aquellas actividades que me causen placer y además son buenas para la salud del alma y del cuerpo.

        Decido que, desde ya, me voy a dedicar al dolce farniente, en la medida de mis posibilidades. Si lo que me gusta, me hace feliz, también son felices los que me rodean. Si quiero escribir, escribo; si quiero escuchar música, la escucho; si quiero estar junto al mar, me voy; si quiero a los demás, debo hacer aquello que les haga felices. Siempre pensando que la estupidez anda a trompicones y yo tropiezo mucho. Un poco de orden en mi cabeza tampoco está mal y priorizar lo que quiero hacer. Vuelvo a la playa, vuelvo al mar en invierno, primavera y otoño. No, no he olvidado el verano, es que entonces estar junto al mar no me gusta por la masificación, el griterío, el bosque de sombrillas, la pradera de toallas...

        El mar, la mar como dice el pescador, el marino. El mar, la mar rizada, las gaviotas y los cormoranes me saludan en este invierno que termina soleado y primaveral. El sol, que calienta mi piel con protección 50+, miro el horizonte y descubro que la Tierra es redonda como dijeron los sabios en la Antigüedad. El mar, la mar, el mar azul o verde, ¡qué más da! La estupidez camina a trompicones, escribo. Quizás algún día termine. mmhr/2023

sábado, 29 de abril de 2023

El precio de la libertad


 

                Publicado en La Semana, Dos Hermanas, 16 de noviembre de 2022

 

miércoles, 26 de abril de 2023

Su destino

 Su destino

Caminó hasta quedar agotado, no sabía dónde estaba. Había llegado. mmhr/2022

martes, 25 de abril de 2023

Bailando

 Bailando

Baila que te baila, gira de izquierda a derecha, siempre igual, no se cansa. Lo hace para que disfrutes con ella. Se para y al momento vuelve con su danza repetitiva, de izquierda a derecha, girando sobre sí misma, trazando círculos en la pista. Siempre igual. Hasta que un día dejó de bailar, quedó arrinconada en un cajón, su púa se rompió. mmhr/2022

lunes, 24 de abril de 2023

El escritor

 El escritor

Necesitaba escribir, expresar sus emociones. Escribía cada día, cada vez más horas. Volcaba sus sentimientos en el papel. Leer, escribir, sentir, expresar sus vivencias. Se aisló, dedicó todo el tiempo al arte de Calíope. Siguió escribiendo sus recuerdos, dejó de vivir. Su musa lo había secuestrado. mmhr/2022

sábado, 22 de abril de 2023

Impotencia

 Impotencia

Escuchaba un zumbido, ahora algunos pitidos, voces lejanas. Un escalofrío le hizo tiritar, temblaba. No sabía dónde estaba, no veía nada, estaba oscuro. Notó que estaba tendida en la cama. Quiso moverse, no pudo. Gritó angustiada, nadie la oyó. Alguien se acerca. Por favor, tengo mucho frío, estoy mojada ¿mojada? En unos segundos el mar la engulló. mmhr/2022

lunes, 17 de abril de 2023

Compañeros

 Compañeros

Aquel gato se hizo su amigo. Cada vez que pasaba por la calle se acercaba, frotaba su pierna y ronroneaba. Lo adoptaría. Sí, se lo llevó a casa, se hicieron compañeros.

Cuando volvía del trabajo, se sentaba en su sillón favorito y el gato se sentaba en su regazo. Los dos eran felices.

Con el tiempo envejecieron, ya no eran tan amables el uno con el otro. Uno gruñía, el otro refunfuñaba. Por las noches el gato se aposentaba en aquel sillón, sí, en su favorito; ahora él prefería sentarse en la silla. El gato se relame en el sillón, después de cenar, viendo su programa favorito. Él, incómodo en la silla, decide irse a dormir. Mira su cama con nostalgia, recuerda lo a gusto que dormía en ella, entonces, el gato llega y se adueña del lecho mientras él se echa a su lado. El gato lo empuja hasta que consigue que caiga al suelo, sobre la alfombra donde duerme desde hace tanto tiempo...

Un día cuando llegó del trabajo, no podía abrir la puerta, hacía mucho frío; lo intentó de nuevo, buscó la llave que escondía en una maceta del porche y probó, tampoco abría. Tendría que llamar a un cerrajero.

El cerrajero cuando le dio el domicilio le dijo que ese mismo día había cambiado las cerraduras de esa casa para el nuevo inquilino. ¿Nuevo inquilino? El cerrajero se fue. Entonces miró por la ventana y vio al gato repantigado en el sillón, con su mantita, disfrutando de su serie favorita, como cada día. ¿Cómo cada día? No, ¡qué locura! En el sillón estaba él, ¿él? ¿Entonces, si yo soy él, quién soy yo? Dijo, mientras soltaba un bufido

mmhr/2022

jueves, 13 de abril de 2023

Los colores de la semana

 Los colores de la semana

Lunes azul como tus ojos.

Martes verde como los míos.

Miércoles anaranjado

con sabor a fruta.

Jueves blanco como la leche

que mana del pecho de la madre.

Viernes rojo como la cereza de tu boca.

Sábado gris oscuro como la nubes

que amenazan lluvia.

Domingo amarillo brillante

como el dorado de su trenza. mmhr/2023

sábado, 18 de febrero de 2023

Una aventura fascinante

 

             En octubre de 2015, me sucedió algo que me ha llevado a una aventura fascinante.

            Todo empezó cuando una tarde estaba buscando una carpeta con apuntes de Geografía de 2º de Bachillerato. En un estante tenía varias, elegí una y al abrirla me sorprendí al ver un paquete de papeles viejos, muy viejos, amarillentos. No recordaba que era aquello, pero estaba segura que no eran los apuntes que buscaba. Me fui a la mesa, saqué el contenido y ¡oh! ¡Sorpresa! ¿Cómo había podido olvidarme de aquello?

            Sé que este artículo no es un relato de misterio como los que suelo escribir, así que os contaré. El paquete contenía cartas y algunas fotos, antiguas, escritas unos años antes de nacer yo. Las había encontrado en casa de mi madre en 2011, cuando ella falleció, venían de San Francisco, California y mi curiosidad innata hizo que las recogiera y guardase en la carpeta para verlas con detenimiento cuando tuviese tiempo. Sí, claro, que me había olvidado de ellas.

            Cogí una de las cartas, amarilla y polvorienta, escrita con una buena caligrafía. El remitente escribía desde San Francisco a mi tío abuelo materno al que se dirigía como "Querido primo". 

            No sabía que tenía parientes en América, aunque algo había escuchado en mi infancia.             Cuando empecé a leerla no puedo explicar la emoción que sentí, doblemente: por una parte, era una historia sobre la emigración transoceánica de principios del siglo XX que enseño a mis alumnos del instituto; por otra, era una parte de la historia de mi familia materna que desconocía...e inmediatamente me puse manos a la obra.

            En esa carta, el remitente contaba que había salido del puerto de Málaga en 1907 con toda su familia rumbo a Hawái. ¿Hawái? En nuestra familia nos contaban cuando éramos pequeños que un primo, del abuelo o de la abuela, se había ido a América como misionero y se había llevado a sus hermanas; decían que se habían asentado desde Argentina hasta llegar a California pero ¿Hawái? No había estudiado nunca nada sobre españoles que en esa fecha emigraran a ese lugar tan remoto. Además hay que tener en cuenta que en esa fecha no teníamos relaciones con Estados Unidos -tras el desastre del 98 y la pérdida de las últimas colonias- Hawái no formaba parte de Estados Unidos aunque el proceso de anexión había comenzado en 1898...

             No me quedaba otra, tenía que investigar y empecé inmediatamente a consultar en Google. "Migración españoles Hawái 1907", y me encuentro una página de Facebook llamada "Hawaian Spaniards"; leí un poco, en inglés, e informaba "In 1907 the Helliopolis left Malaga bound for the Hawaiian Islands. Followed by the Kumeric, Orteri, Willesden, Harpalien and Ascot.", es decir, el principio de esa frase era lo mismo que se decía en aquella carta. Seguí leyendo otras cartas en las que el remitente se comprometía, dada su avanzada edad a escribir semanalmente a su primo en España contándole toda la odisea que habían pasado hasta conseguir unas condiciones de vida dignas.

            Envié un mensaje al administrador de Hawaian Spaniards a ver si me aclaraba algo. Creo que el mismo día me contestó un señor confirmando la emigración de mis familiares y demostrando con un documento, la página de la lista de pasajeros del barco (Manifest of ship) en el que viajaron dónde aparecían anotados los nombres y otros datos personales.

           Con la inestimable ayuda de Hawaian Spaniards from FB, contacté con una de los descendientes. Esta "prima" y yo empezamos a enviarnos emails, nos hicimos amigas en FB y así me fue presentando, virtualmente, a otros familiares suyos y poco a poco me encontré con una gran familia, lejana, pero unida por lazos de sangre. A otros los encontré yo en Internet y los fui uniendo al grupo.

            Mis parientes habían partido a bordo del SS Heliopolis en 1907, desde el puerto de Málaga al de Honolulú, con varios hijos, yerno, nietos y allegados. Más tarde, se le unirían más hijos, yernos, nietos, primos, sobrinos...El remitente era el hijo mayor, sacerdote que formaba parte de la tripulación como capellán católico durante ese viaje.

            En mi investigación supe que entre 1907 y 1913 emigraron a Hawái casi 9300 españoles. Iban a cortar caña de azúcar. La Asociación de plantadores hawaiana había hecho un llamamiento haciendo una buena oferta laboral. Los agentes que representaban a esta asociación empezaron a reclutarlos por nuestra Costa Tropical (litoral de Granada y Málaga) dónde se cultivaba la caña de azúcar desde la Edad Media. Preferían familias, parejas menores de 45 años los hombres y menores 40 las mujeres. Podían llevar todos los parientes menores de 40 años que quisieran. Todos los menores de 45 años tenían el pasaje gratis, se ofrecía una vivienda más una fanega de tierra que a los tres años serían ambas de su propiedad, escuela gratuita para sus hijos...Prometían tanto que, muchos, dada la miserable vida que había en el campo andaluz y español en general, encontraron la oferta muy tentadora.

            Un viaje que fue una odisea, llena de penalidades: cruzar el Atlántico hacia América del Sur, pasar el Estrecho de Magallanes pues aún se estaba construyendo el Canal de Panamá, una sola parada en Punta Arenas (Chile) y rumbo a las islas Hawái por el Pacífico. Un viaje de unos 45 días, en la bodega de carguero.

         ¿Qué puedo añadir más? Poco a poco, he ido conformando un proyecto. Mi deseo de escribir un libro que va tomando forma para que sea un aporte más en la difusión de la historia de todas las familias que fueron tan valientes de lanzarse a buscar una vida mejor a tantos km de distancia.  

            Documentos, privados y públicos, prensa, bibliografía...Investigar, por mi parte, en archivos y hemerotecas, leer, recopilar, escribir, muchas horas de mi tiempo libre, para intentar construir toda una vida familiar (¡ojalá!) de un hombre que se fue a hacer las Américas a bordo del SS Heliopolis, desde el puerto de Málaga al de Honolulú en 1907. 

            Relacionado con este primer viaje a Hawái del SS Heliopolis, he participado en un documental  ("Pasaje a Hawái. 1907-1913") por iniciativa de Miguel Alba, que me invitó, junto a descendientes, americanos y andaluces, de varias de las familias andaluzas que emigraron a Hawái

            Estamos en 2023, y hay quién pensará que en tantos años da tiempo a escribir El Quijote, pero mi libro no es una novela y sobre todo yo no soy Cervantes. He tenido que compaginar mi vida de superwoman, muy estresante y sacar ratitos del poco tiempo libre que me quedaba para dedicarlo al proyecto. Ahora llevo jubilada un par de años y se nota cómo he podido avanzar hasta prácticamente tenerlo terminado. Ojalá que en unos pocos meses pueda publicarlo. ¿Quién sabe? A lo mejor hasta encuentro un editor interesado.

mmhr/2023

 

lunes, 16 de enero de 2023

No lo olvides

          Era noche cerrada, lluviosa, desapacible de un otoño que estaba siendo más frío de lo normal. En la habitación había dos camas, en una estaban los niños, tres, de seis, cinco y tres años, en la otra las dos chicas de doce y catorce; al lado estaba la alcoba del matrimonio, en la que yacía la pareja junto a la hija menor de apenas dos meses. Había nacido recién empezada la guerra.

          La chica mayor trabajaba desde hacía dos años de sirvienta en la casa de un abogado; la segunda ayudaba en casa, pues su madre no podía hacerlo todo sola. El padre, de cuarenta y dos años, trabajaba en una fábrica pero su salario no daba para vivir con desahogo, ni siquiera sumando la miseria que le pagaban a la hija mayor. Iban tirando, como se suele decir. La familia vivía modestamente.

          De pronto unos fuertes golpes les despertó, al principio creyeron que tronaba, pero los golpes se repitieron, estaban golpeando la puerta. El padre se levantó, iba ajustándose los pantalones cuando abrió la puerta y recibió un culatazo en la cara que lo tiró al suelo.       

          Dijeron su nombre, gritaron ¡este es el rojo! La mujer y las hijas mayores salieron en camisón, asustadas, con los gritos. La hija mayor vio a su padre sangrando en el suelo y se acercó recibiendo un empujón que la tiró también al suelo. Su esposa se dio cuenta de lo que pasaba, se lo iban a llevar, a darle el paseíllo...Les imploró, les rogó, pero de nada sirvió. Se lo llevaron, lo subieron al camión dónde iban otros vecinos del barrio...y no volvieron a verlo más.

          Todos fueron asesinados, en la tapia del cementerio y yacen en alguna de las fosas que hay en aquel lugar. 

          Su familia nunca olvidó, perdonó a sus asesinos (¡qué difícil debe ser!), y sus descendientes cuentan la historia de aquella noche a sus hijos y les dice que no lo olviden, para que aquel horror no se vuelva a repetir. mmhr/2020

 

lunes, 9 de enero de 2023

Mi primer libro

         "Hoy vengo a hablar de mi libro", dijo en su día Paco Umbral en una entrevista...Pues hoy, voy a hablar del mío, de mi primer libro impreso que se acaba de publicar.

        "31 Noches de insomnio" es el título de esta antología de relatos, de temática muy variada. Me he atrevido a salir de la blogosfera y abrirme a otra esfera, a la de los lectores de libros en papel, por ahora, y quizás dentro de poco se publicará en formato e-book. Estoy contenta y con cierto pudor al exponerme a otras personas del mundo exterior, fuera de Internet. Aquí suele haber cada vez más visitas, hay más lectores últimamente, aunque no suelen dejar comentarios, pero en la blogosfera me siento a gusto desde que empecé en 2008 con mi primer blog "Free Like the Wind" en La Comunidad de El País. Es bueno recibir opiniones, de todo tipo, porque así sales de tu propio mundo y te enfrentas a la crítica positiva o negativa.

        Promocionarlo, que amigos, familiares y compañeros sepan de este "parto" produce nuevas sensaciones, extrañas al principio (en parte, igual que cuando empecé en la blogosfera, interactuando con desconocidos, hoy amigos muchos de ellos).

        En cuanto a la autopublicación, después de investigar en el "papá Google" e informarme de las condiciones de bastantes plataformas e imprentas, encontré Mibestseller. Muy fácil y gratuito.

        También publicar este libro ha sido un poco para que me sirviera de "conejillo de Indias" para cuando tenga que publicar el que estoy escribiendo actualmente, que tiene una mayor complejidad y es de carácter narrativo-biográfico.

        Bueno, si alguno de vosotros gusta y tiene a bien adquirirlo, me gustaría recibir vuestra opinión. mmhr/2021
 

WEB AUTORA 

Disponibilidad: 

Mibestseller.es

- Todostuslibros.com

- Amazon: https://www.amazon.es/31-Noches-insomnio-Antolog%C3%ADa-relatos/dp/9403629800/r

NOTA: Por cierto, no lo he publicado en formato Ebook, solo en papel. Hay alguien que ofrece en Twitter descargar gratis el ebook de "31 Noches de insomnio" de Mercedes Humanes, no sé quién es; parece que es un Pdf con algunos relatos míos, anteriores a 2012, descargados de alguno de mis blogs. Siempre los he publicado después de haberlos registrados en Safe creative...

Fotos: mmhr/2021

 

Fotos enviadas por mis lectores






 

                        


jueves, 5 de enero de 2023

El precio de la libertad

                 Desmadejada y rota, tendida en el suelo, con el rímel corrido; lágrimas negras caen en silencio surcando su rostro aniñado; sus piernas, en una postura imposible, intentan levantarla pero no pueden, están quebradas; su pecho se agita, le falta el aire; su vientre abultado ya no se mueve... A su lado ha quedado el bate de béisbol. Siente que esta vez será la última, siente que se muere, siente que ¡al fin! será libre. mmhr/ noviembre-2022

 

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