Puerto de Ribadeo (Lugo, Galicia). Fotos. mmhr/2009

jueves, 18 de junio de 2020

¡Qué lío!

          Ayer por la mañana, recuerdo, que estuve jugando con mis amigos en el jardín de mi abuela María. Estaban Ani, sus dos primos, Cele y el pequeño; también Mari Carmen y creo que Manolito...

          Al mediodía, en la feria, me fumé el primer cigarrillo ¡¡!! Estaba con la pandilla: Paco, Pepe, Ani y Ana (ninguna de las dos habían estado jugando conmigo por la mañana). Tomamos manzanilla, Ana y yo la tiramos en una maceta sin que nos vieran porque eno nos gustaba. Lo pasamos ¡tan bien!

         No sé cómo, unas horas después, intentaba que el niño se durmiera...A las siete me despertó la voz de Miguel Ángel -no entiendo nada- si anoche estaba durmiendo en mis brazos a Fernando y era un bebé. Será un sueño. No, Miguel Ángel, llama por la ventana a los albañilies de la obra que hay enfrente "Hombreeeeeeeee, que estoy aquí aburrido" ¡Todos están durmiendoooooooo! Sigilosa fui, lo cogí por el pijama ¡estaba asomado a la ventana, sin reja!

        No sé cómo, pero al rato estaba en un pueblo perdido de cuyo nombre no quiero acordarme. ¡Cuánto frío pasamos mi compañera, Ana - otra Ana diferente de las demás - y yo en aquel piso tan cutre! Pero, si ahora me encuentro en una playa, es otoño, por la tarde y estoy leyendo. Estoy sola. Me relajo después de las clases. Estoy confusa, todo pasa deprisa y se desordena todo. El pueblo perdido fue mucho después que aquella playa...

        Acaba de sonar el despertador, suena  el móvil ¡estamos en 2020! Un virus hace estragos en el mundo. ¿Estaba soñando? No sé, todo empieza a esfumarse de mi mente...Busco mi zapatilla izquierda, no la encuentro, ¡ah! me había olvidado que me fracturé el pie la segunda vez que salí de casa durante el confinamiento; claro, anoché me tuve que tomar el relajante muscular...y las neuronas locas, desordenando mis vivencias...

       Desayuno rápido y al teletrabajo, tengo que ir al Classroom, mis alumnos me reclaman; el móvil no dejar de enviar notificaciones, whatsapps, correos privados, corporativos...Uff, ¡menos mal! Ya he aterrizado. Me queda nada, 83 días más y ¡me jubilo! Adiós al estrés, y mi vida se ordenará, mis recuerdos también y podré celebrar con júbilo una nueva etapa de mi vida. mmhr/2020


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