Puerto de Ribadeo (Lugo, Galicia). Fotos. mmhr/2009

martes, 14 de octubre de 2014

La fuente de las meigas


Fotos: mmhr, 2007


Así no podían seguir, a veces por no tener no tenían ni pan que darle a los hijos. La mar cada vez daba menos y se cobraba más vidas. El terruño apenas si daba unas patatas y algo de maíz... Vivían en la más absoluta miseria y no parecía que la situación fuese a cambiar.
Tenía que decírselo a su esposa, lo tenía ya decidido, emigraría, iría a América. Su abuelo, cuando era pequeño, le contaba cómo se marcharon muchos de la parroquia llenos de esperanza e incluso cómo alguno volvió rico ("el indiano", le decían desde entonces).
Cuando llegó a la casa, su mujer, con rostro cansado y con incipientes arrugas, preparaba algo de comer. Los hijos, de tres, cuatro y seis años se lavaban las manos entre risas y empujones. Una vez empezaron a cenar, miró a su mujer, y con titubeos le espetó: "Me voy a América, así no podemos criar a nuestros hijos, además quiero que vayan a la escuela y tengan una vida mejor". Ella lo miró y sólo contestó: "Yo iré también, dejaremos a los niños con los abuelos".
Vendieron todo y compraron los billetes para México. Decidieron ir allí porque había algunos conocidos de su padre (republicanos exiliados) y sería más fácil empezar con su ayuda.
Fue duro pero, al cabo de 30 años, eran dueños de varios restaurantes y varios hoteles. Habían hecho una gran fortuna y sus hijos habían podido estudiar en la universidad y tenían la vida resuelta.
Decidieron volver, retornar al pueblo como aquel "indiano" que le contaba su padre.
Los hijos se quedaron al frente de los negocios y la hija era profesora en la universidad.
Cuando llegaron al pueblo se hizo una gran fiesta con todos los familiares y vecinos. Se compraron un terreno y se hicieron una gran casa, no les faltaba de nada, sin embargo, le entristecía la situación en la que estaban sus vecinos y decidió ayudarles.
El asunto era el siguiente: después de irse ellos les habían expropiado al concejo de la parroquia "la fuente de las meigas" y las tierras que había alrededor, ahora pertenecían a un señor, D. Mario. El pueblo tenía que seguir surtiéndose de agua de esa fuente y el dueño del terreno lo permitía mediante el pago de un canon generoso.
¿Cómo era posible que el alcalde aún no hubiera desarrollado las infraestructuras necesarias para que todos tuvieran agua corriente? ¿Cómo, estando ya en democracia, no existía una empresa pública que abasteciera a los parroquianos? Era increíble que a finales de los 80 sucediera eso.
Se reunió con el alcalde y los concejales y se ofreció para pagar todas las obras necesarias para los sondeos y una vez que se encontrara agua, también las obras para su canalización.
El pueblo estaba exultante de alegría. El alcalde los convocó y propuso darle la medalla de hijo predilecto y poner su nombre a una calle que tenía el de un general del régimen anterior.
Sólo había una persona que no estaba contenta, estaba muy furiosa con todo esto. Era D. Mario, el dueño del manantial, porque se quedaría sin el negocio, que le había reportado pingües beneficios, y que junto a otras actividades innombrables le habían enriquecido aún más. Él tenía la solución. Contrató a un asesino a sueldo, a un sicario colombiano, que le hacía algunos trabajitos de vez en cuando y le ordenó que acabara con la vida del benefactor del pueblo.
No pasó mucho tiempo, cuando un día mientras el "indiano nuevo", "el mexicano", como lo llamaban ahora en el pueblo, paseaba por su antiguo terruño, recibió dos disparos y cayó muerto en el acto... (merhum, el 04 Mar 2009)
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10 comentarios de Free Like the Wind
fernandomaria dijo
Hablando de Meigas, por aquí apatrece un gallego.
Hubo, por desgracia mucha emigración forzosa por la escased de todo lo esencial para vivir. Cuántas familias separadas, cuántos abandonaron todo por ir a "hacer las américas", y cuantos regresaban con lo puesto de nuevo por no haber conseguido fortuna como otros. De eso en Galicia se sabe mucho, y Rosalía de Castro dedica muchos de sus poemas a hablar de la emigración y de todo lo que supone para los que se van y los que se quedan. Triste final tuvo "el indiano" a manos de un cacique que se resistía a perder "sus" beneficios a costa de fraudulentos negocios. Triste y real historia la que cuentas.
Como te dije arriba y como sabes, aquí se vivió mucho el fenómeno de la emigración y de hecho a Argentina se le llama "la quinta provincia gallega".
Que tengas un feliz día, colega.
05 Marzo 2009, 01:53

fernandomaria dijo

¡¡¡perdona por las faltas por no corregir!!!
05 Marzo 2009, 01:54

merhum dijo

Fernado, lo triste es que ese final es el que tuvo hace unos veinte años el padre de una colega nuestra, y aunque en el relato, hay ficción, así me contaron lo que le ocurrió y por la causa que lo habían asesinado, No me lo podía creer. Perdonadas las faltas y buenas tardes.
05 Marzo 2009, 13:21

merhum dijo

Fernando, quise decir.
05 Marzo 2009, 13:22

fernandomaria dijo

Triste de verdad. Por aquí también hubo muchos "asuntos" así. Es increible cómo había tantas envidias, rencores, odios...y hace veinte años como quién dice fue ayer, ya se vivía en democracia.
05 Marzo 2009, 22:07

Coyote Pyr dijo

Una historia como tantas en nuestra tierra en esos años dificiles, emigración, morriña y regreso, aunque con un final tan inesperado como injusto.
Un abrazo
05 Marzo 2009, 22:14

Aquarella dijo

Quién no emigra..pero triste final para un sueño...
Feliz día..besitos mil
06 Marzo 2009, 08:18

merhum dijo

No, no hace mucho y por cierto los hijos siguen en México.
06 Marzo 2009, 17:11

merhum dijo

Hola, coyote-pyr, siempre me gustó el correcaminos, así que gracias por tu visita. Es una historia común, excepto el final, espero. Saludos
06 Marzo 2009, 17:13

merhum dijo

Sí, Aquarella, es triste que un sueño que salió bien tenga un final de tragedia griega. Feliz tarde para tí y besos.
06 Marzo 2009, 17:16

10 comentarios:

Pensador dijo...

Buenas noches Mercedes:

Cuando la fuerza laboral se queda sin trabajo y sin perspectivas, tiene que ganarse la vida de manera informal, muchas veces perseguida por el orden establecido que no se preocupó por evitar precisamente el desorden de su economía, y en ese trajinar sin esperanzas de mejora, muchos toman la decisión dolorosa de migrar a otros lares de oportunidad. En el Perú sabemos de ese vía crucis que significa despedirse de los suyos sin saber si volverán a verse.
Admiro la decisión que tomó de volver a su patria y sobre todo a su terruño el personaje de tu historia, pienso que la propia tierra merece nuestra devoción como a una madre, porque ella no tiene la culpa de los errores o maldades de algunos de sus hijos, ella es en esencia la que nos da el derecho de propiedad de nuestro pasado y nuestro futuro, a pesar de las adversidades que felizmente son pasajeras aunque retornen invariablemente como las estaciones. Y siempre habrán *D. Marios* rampantes en el mundo, lucrando de la ignorancia y la buena fe de los pueblos.

Un abrazo.

mmhr dijo...

Hola, Pensador. Creo que cualquier ser humano tiene derecho a buscarse la vida en cualquier lugar del mundo. En España volvemos a ver a nuestros hijos emigrar porque no encuentran salida a sus aspiraciones de futuro. Siempre habrá personajes viles como este D. Mario, desgraciadamente; sigue habiendo muchos pueblos pequeños en los que un "don" cualquiera hace y deshace a su antojo casi como un señor feudal. Un abrazo.

Javier Carrasco dijo...

Triste historia y, por desgracia, muy frecuente en nuestro país, que en pleno siglo XXI sigue siendo un país de caciques corruptos y depravados. La prueba está en que la inmigración de españoles no sólo no ha desaparecido sino que en estos últimos cuatro años ha crecido vertiginosamente, porque muchos jóvenes españoles no encuentran aquí la forma de forjarse un futuro digno, y todo por la ineptitud e incompetencia de los que dirigen el país.

Un abrazo, Mercedes.

mmhr dijo...

Hola, Javier. La emigración española seguirá creciendo durante muchos años. Fíjate que en nuestro campo llevan años amortizando las plazas de los compañeros que se jubilan y cada curso tenemos menos profesores. Un abrazo.

Unknown dijo...

Me ha impresionado el relato, y más porque es gran parte es cierto....la envidia y el dinero qué malos son dependiendo en las manos que caen...Creo que todo el mundo tiene derecho a buscar trabajo allá dónde lo encuentre....Respecto a la fuente de las meigas..dice la leyenda que allí iban a lavarse..un besito

Unknown dijo...

Una historia repetida de caciques y terratenientes, a los cuales no se les puede discutir su poder.
Un beso.

mmhr dijo...

Buenas noches, Águeda. Cuando mi compañera me contó lo que le había pasado a su padre, no podía creerlo. Yo también pienso como tú, si aquí no hay trabajo hay que buscar fuera. Besos.

mmhr dijo...

Hola, Pedro. Es una historia que se repite por diversos lugares de nuestra geografía, para desgracia de los que la sufren directamente. Un beso.

Anónimo dijo...

En mi familia hay unos cuantos emigrantes, el más cercano, mi madre, que ha vivido 40 años en Alemania. Pero también dos hermanos de mi abuela emigraron a México y les fue bien, solo volvieron de visita.
Y en Alemania ya la familia ha crecido, ya va la tercera generación... creo que ellos también solo vendrán de vacaciones.
Triste historia, pero en los pueblos los odios y las envidias han provocado muchos desastres como el que relatas.
Un beso.

mmhr dijo...

Hola, Estrella. España siempre ha sido un país de emigrantes. Tuvimos unos años de bonanza y nos convertimos en receptor de inmigrantes. Ahora con las vacas flacas hay que volver a emigrar. Mis padres no emigrararon aunque teníamos una vida muy ajustada, mis hijos es posible que tengan que hacerlo. Besos.

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