Capítulo X
Hacía dos días que llovía sin parar. El otoño se había instalado sobre Vancouver. Los bosques cercanos y los parques de la ciudad estaban teñidos de tonos ocres, marrones y rojizos. El más cercano a la casa era Jericho Park. Allí asistió en el mes de julio al famoso festival de música folk que se celebra cada año.
Se hizo un té y se conectó a la red. Casi sin darse cuenta estaba reservando vuelo para España. No, no iba a volver a su vida anterior. Tenía que volver y arreglar algunos asuntos ahora que tenía claro lo que quería hacer con su vida.
Esperaría a que Mr. Wilcox volviera de Nueva York y le haría saber su decisión.
Para Seymour Wilcox fue un golpe pero lo entendió. Era una mujer joven y no podía quedarse como eterna invitada, tenía inquietudes, entre ellas trazar su propio camino, un nuevo camino. Laura Vaz ya había conseguido una meta profesional que más o menos podía ser envidiable para muchos de sus colegas pero se había olvidado de vivir y eso es lo que la inquietaba, lo que le había hecho abandonarlo todo. Él lo comprendía. Casualmente su hijo Peter había hecho más o menos eso; triunfó profesionalmente, muy joven, se casó y en poco tiempo tenían tres hijos. Lo tenía todo, como se suele decir y fue entonces cuando su esposa Jean se marchó, sin dar explicaciones, dejándole a los niños. Seis meses después recibió la demanda de divorcio…Unos años después le pidió a su padre si podía hacerse cargo de sus hijos porque quería, necesitaba un respiro, un año sabático…
La tarde que llegó Mr. Wilcox de Nueva York, llegó a la casa acompañado de Michael, su nieto mayor. Le presentó a Laura.
-Es como si ya nos conociéramos- dijo Laura- pues Seymour me ha hablado mucho de ti.
-A mi me ocurre lo mismo, mi abuelo la aprecia bastante y así me lo ha hecho saber.
- Laura- dijo Mr. Wilcox- había pensado que podíamos ir preparando la fiesta de Acción de Gracias. En Canadá se celebra el segundo lunes de octubre, es decir, dentro de una semana. Seymour y Susan vendrán en unos días.
-Pero, Seymour, yo, bueno es que…, la verdad, no sabía que ese día se celebrara en Canadá.
- Sí, es una decisión que se tomó en el Parlamento en 1879 en gratitud por haber obtenido una cosecha abundante, aunque sus orígenes son más antiguos. Puede que se remonten al siglo XVI y al explorador Martin Frobisher o a principios del XVII con Samuel de Champlain…
Laura, pensó que por una semana, no iba a estropearle la fiesta a Mr. Wilcox y no le dijo nada de su decisión.
-De acuerdo, Seymour. ¿Y qué se suele hacer en esa fecha?
- Pues es igual que en EEUU, hay desfiles, las familias se reúnen a comer pavo relleno, pasteles de calabaza, en fin, nada que no hayas visto en el cine.
Una semana después estaban todos cenando, alegres y felices. Después de cenar, pasaron a la sala de estar. Los chicos hablaban de sus cosas, Seymour y Laura se sirvieron unas copas y hablaban, del tiempo lluvioso. Laura iba a anunciarles su marcha, entonces Seymour, sacó su cartera y extrajo una foto mostrándola a Laura.
-Este es mi hijo Peter- y mientras sus ojos se nublaron por la emoción, comenzó a explicarle su historia hasta que se cogió aquel año libre, para viajar, olvidar y venir como un hombre nuevo capaz de tomar las riendas de su vida. Una vida gris desde el divorcio, lleno de obligaciones con los hijos y los negocios y, según él, sin alicientes. Acepté quedarme al cargo de sus hijos, pues sabía que poco se podía contar con mi esposa. Se marchó, sin decirnos a donde y dos meses después recibimos una carta de Australia. Decía que estaba bien y que esperaba que todo estuviera bien en casa. Nada más, ni una dirección, ni teléfono, nada, y eso fue no solo lo único que supimos de él sino también lo último. Mi esposa empezó a decaer aún más, le creía muerto y, apenas un año después, falleció. Había contratado a una agencia de detectives que encontraron pistas en Sidney y Melbourne y meses después supimos que había estado en la India y ahí se pierde el rastro. No pierdo, mis nietos y yo no perdemos la esperanza de encontrarle.
-Es una triste historia y no creo que por propia voluntad se haya olvidado de sus hijos.
-No sé que pensar, Laura, no sé…
-Seymour, yo quería decirte algo. No te lo tomes a mal, bueno, creo que te imaginas lo que es ¿verdad?
Seymour Wilcox asintió con gesto apesadumbrado.
-Tengo pasaje para España. Debo cerrar una etapa de mi vida y empezar de nuevo. En estos meses he tenido tiempo de averiguar qué es lo que deseo hacer.
-No debo ser egoísta, haz lo que debas hacer, es tu vida, Laura. Mmhr (agosto/2012)
10 comentarios de Free Like the Wind
libertadveinte dijo (perdido)
merhum dijo
Muchas gracias, libertad. Es curioso, nunca había escrito una historia tan larga. Empiezas planteándote una historia, unos personajes, pero en cuánto te metes es la historia la que tira de ti, la que te lleva a teclear unas frases y no otras...Algo pasará. Un abrazo.
09
Agosto 2012, 22:22
vegalonso dijo
Acabo de leer los diez capítulos de “El cambio” y como te dice Libertad, seguiré haciéndolo con los sucesivos. Yo no opino hasta que no llegue el último, pero los espero con curiosidad porque ya sabes que a mí también me gusta meterme a fabricar historias.Y te han quedado muy bien las fotos de Las Catedrales un lugar impresionante que visité por última vez en junio pasado.
Un abrazo Mercedes
09
Agosto 2012, 22:59
merhum dijo
Espero que no te hayas cansado, Modesto. Muchas gracias, esa playa tiene una belleza extraordinaria. Un abrazo.
10
Agosto 2012, 15:13
javierdemurga dijo
Estimada Mercedes: Un comentario tuyo me ha recordado la obra de Luigi Pirandello, "seis personajes en busca de autor". A veces los personajes adquieren vida propia, y empiezan a actuar por su cuenta, y en este caso concreto, "El cambio", la autora no sabe que va a pasar: me parece un "momento mágico" para el escritor, ¿será inspiración?.
"El cambio", sigue siendo extraordinariamente interesante.
Un abrazo.
Xabier.
11
Agosto 2012, 05:09
merhum dijo
Estimado Xabier, no sé que será pero son los personajes los que me dictan las palabras, frases, situaciones...Muchas gracias. Un abrazo.
11
Agosto 2012, 12:00
popochan dijo
Hoy nos traes dulces aires desde Vancouver. Nos estas enviando un relato de alguienen crisis.
Me identifico con ella y a veces pienso en similares terminos: comprar un pasaje de vuelta
Espania y cerrar una fase. Pero luego me ataca el sentido comun:
Y a que voy a ir yo a mi pais con todo el trabajo que tengo por aqui???
en fin, para los que estais disfrutando del mejor pais del mundo sin recordarlo a veces,
te mando un besazo con un poco de gusto a brea marina. Me voy a pegar un banio ahora mismito (estamos casi a 35 grados...) Mi alegria y carinio hasta Sevilla. Besos de tu poeta, Popo.
12
Agosto 2012, 02:26
merhum dijo
Hola, Popochan. Si tienes tanto que hacer ahí, será mejor que te quedes. Espero que disfrutes del baño. En el sur llevamos unos días con una ola de calor africano, con 45º y más...Besos.
12
Agosto 2012, 05:06
dezabaleta dijo
Incluso en los viajes sigo leyendo esta interesante trama...sabes mantener el interés de tus lectores!Saludos
Mark de Zabaleta
12
Agosto 2012, 06:49
merhum dijo
Muchas gracias, Mark. Con vuestros comentarios me animáis mucho. Saludos.
12
Agosto 2012, 10:00
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