Puerto de Ribadeo (Lugo, Galicia). Fotos. mmhr/2009

sábado, 18 de enero de 2020

Andresito

             Y ahora ¿qué? ¿Es que había enloquecido? No sabía quién era ni dónde estaba. Siguió caminando de un modo errático, dejando que sus pies lo llevasen hasta ¿su casa? No reconocía nada de cuanto le rodeaba…¿Cómo había olvidado hasta su nombre?

            Harto de vagar por las calles de aquella ciudad gris se dirigió hacia un parque que había cerca. Siguió caminando un poco más bajo una rosaleda que le regaló el perfume de sus flores. Ese olor le resultaba familiar; se fijó en un niño que jugaba con la tierra haciendo una montaña por dónde subía un caballito de juguete. Ese niño …, él conocía a ese niño, era Héctor, el hijo de su vecina Luisa, la amiga de su mamá. Héctor era su mejor amigo, iban juntos al cole. Pero ¡qué disparate! ¿Cómo iban a ir juntos al cole si él era un hombre maduro? No entendía lo que estaba pasando. Entonces oyó una voz que le llamaba, sí, a él, “Andrés, Andresitooo, ¿dónde estás? ¿Dónde te has escondido? Ven o me enfadaré y te quedarás sin merienda”. 

           Él era Andresito, su mamá lo estaba buscando y él, aunque había recordado su nombre y empezado a recordar a su amigo y a su madre, tenía toda la certeza de ello, no reconocía nada más del entorno ni sabía qué había ocurrido. Su madre se veía más joven que él mismo. Una locura. Recordó que estaba jugando con Héctor, con la arena, cuando decidió ir a los columpios, se montó en uno y empezó a balancearse fuerte, cada vez iba más alto, más alto y ya no recordaba nada más que su vagabundeo por las calles hasta llegar al parque. mmhr/2014

10 comentarios:

CARLOS dijo...

Precioso, me encanta, cada renglón, cada palabra, la historia.... beso.

mmhr dijo...

Muchas gracias, Carlos. Besos.

Purificación Moreno dijo...

Hola, Mercedes. He disfrutado con el relato y ese juego con el tiempo, que no parece tan absoluto...
Aún estoy aprendiendo a manejarme en esta nueva "dimension" pero me alegra ir encontrando a los amigos comuneros. Iré tratando de encontraros a la mayoria.
Besos. Puri

mmhr dijo...

Bienvenida, Puri. Hay muchos que lo han leído y no se han dado cuenta de ese juego con el tiempo. Poco a poco pondremos en marcha un buen grupo. Besos.

gloriainfinita dijo...

Querida, hace ya un tiempo que te dije que lo tuyo era el suspense pero este Andresito me ha hecho reir porque como
él me he sentido al tratar de volver a el blog en el que intenté ir copiando mis cosillas y que ya se ha escapado a mi control.
Lo seguiré intentando, mucho se ha perdido pero algo queda. Ni idea de cómo poner en él enlaces ni controlar el diseño. A ver si, al menos, este comentario llega desde allí. Besos

mmhr dijo...

Hola, Gloria. Me alegra mucho verte por aquí y que te rías. Ya verás como pronto tienes el control. Te voy a mandar un tutorial a ver si te ayuda. Un besazo, guapa.

Javier Carrasco dijo...

Mercedes, ese viajar en el tiempo lo he percibido en muchas personas mayores, familiares, vecinos, amigos... llegada cierta edad el tiempo se confunde y entonces aparecen personajes que fueron trascendetales en sus vidas, con los que incluso parecen conversar. Curiosa la evolución de la mente humana. Enhorabuena por el relato. Un abrazo.

mmhr dijo...

Hola, Javier. Es cierto, con la edad la mente de algunas personas percibe de modo diferente su entorno. Recuerdo a la abuela de mi marido como nos confundía a casi todos...
Muchas gracias. Espero que disfrutes de las vacaciones, merecidísimas sin duda. Un abrazo.

igoa dijo...

Mercedes, enhorabuena por tu Andresito! Muy lograda la confusion mental del personaje, este desdoblamiento "tan real" que puede conducir a la locura permanente. El final...sobrecogedor, con ese hombre volando por los aires navegando en su mundo.
Gracias y besos

mmhr dijo...

Muchas gracias, igoa. El tiempo es una dimensión con la que me gusta jugar y nuestra mente es tan misteriosa...Besos y feliz verano.

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