Actualmente ha cambiado un "poco": las pizarras ahora son digitales o blancas; las mesas de formica; no hay un rincón para que las niñas borden porque estamos desarrollando la coeducación y tienen que aprender lo mismo que sus compañeros; tenemos ordenadores e internet en muchas escuelas e institutos; las maestras se pueden casar, divorciar o vivir con quién quieran y no tienen que limpiar la clase (esto lo digo porque cayó en mis manos un contrato de una maestra de principios del siglo pasado...y no veais las restricciones que le hacían a su vida y las obligaciones que tenían además de enseñar); no se pega a los alumnos y en vez de castigar hacemos terapias de conducta; los padres nos desautorizan delante de sus hijos creyéndose todo lo que estos les dicen e incluso algunos (los menos) nos insultan y agreden; nos quejamos de la falta de disciplina, pero ¿es normal que los chicos estén durante 6 horas sentados y en silencio, como si fueran muebles? Se ha pasado de un extremo a otro, pero no nos olvidemos que muchos de los que molestan en clase son chicos cuyos padres no les han enseñado cómo deben comportarse o aquellos que se sienten obligados por el sistema a estudiar (en vez de considerarlo como lo que es: un derecho)...
¡Cuántos cambios! Desde que yo empecé en el primer instituto, hace casi veinte años, son muchos los cambios que se han producido. Sin embargo, muchos profesores seguimos anclados no ya en el siglo pasado sino en el anterior. Y adaptarse a las nuevas tecnologías es una de las maneras de acercarnos al alumnado, hablando su propio lenguaje. No podemos estar usando los mismos métodos de enseñanza que usaban nuestros maestros o los de nuestros abuelos, entre otras cosas porque la sociedad ha cambiado y nosotros debemos educar a nuestro alumnado para que aprenda a vivir en esta nueva sociedad donde las nuevas tecnologías están cambiando nuestros hábitos, la forma de comunicarnos y socializar, nuestro ocio, la forma de trabajar, de aprender, el comercio, etc...mmhr/2010
Fotos: Museo Etnológico de Medina Sidonia (Cádiz). MMHR/diciembre-2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario