Puerto de Ribadeo (Lugo, Galicia). Fotos. mmhr/2009

miércoles, 20 de noviembre de 2024

Transformación

           Era consciente de la pérdida de energía, de vitalidad, de la finitud...

          No era capaz de tomar las riendas, se dejaba llevar por la vida como el agua del retrete corre al alcantarillado, deprisa, deprisa. Su mente estaba enturbiada por el humo de los ¿negros? No, negros, no, de los grises pensamientos que lo consumían día tras día.         

        Nada, no era capaz de hacer nada, excepto vegetar. Vegetar, sí, sentía como salían raíces de su cuerpo que lo ataban más aún al sillón; sus brazos, sus manos, sus dedos, empezaban a formar parte del nuevo ser en el que se estaba transformando. Unos pequeños apéndices habían surgido, hundiéndose en la carcomida cretona estampada del sillón; quiso coger aquella taza de té que estaba sobre la mesa, ya fría, pero no pudo. Sus pies, sus zapatillas, no podía moverlas, lo intentó con todas su fuerzas pero las raíces que salían de sus pies no solo traspasaban las zapatillas, se habían hundido en el parquet. Entonces pensó que realmente no estaba perdiendo energía, vitalidad..., no estaba llegando a la finitud...solamente su materia se estaba metamorfoseando (¡Ay, Kafka, si supieras!, suspiró)...El libro que estaba leyendo había caído sobre su regazo; una raíz de su muslo derecho atravesó el libro sujetándolo para que no cayera al suelo...Poco a poco se transformó la materia, el hombre, el sillón, el libro, y otros objetos cercanos, ahora formaban un todo en medio del salón, un roble cuyas ramas habían alcanzado el techo, rompiéndolo en busca del sol...mmhr/agosto-2016

lunes, 21 de octubre de 2024

No lo olvides

          Era noche cerrada, lluviosa, desapacible de un otoño que estaba siendo más frío de lo normal. En la habitación había dos camas, en una estaban los niños, tres, de seis, cinco y tres años, en la otra las dos chicas de doce y catorce; al lado estaba la alcoba del matrimonio, en la que yacía la pareja junto a la hija menor de apenas dos meses. Había nacido recién empezada la guerra.

          La chica mayor trabajaba desde hacía dos años de sirvienta en la casa de un abogado; la segunda ayudaba en casa, pues su madre no podía hacerlo todo sola. El padre, de cuarenta y dos años, trabajaba en una fábrica pero su salario no daba para vivir con desahogo, ni siquiera sumando la miseria que le pagaban a la hija mayor. Iban tirando, como se suele decir. La familia vivía modestamente.

          De pronto unos fuertes golpes les despertó, al principio creyeron que tronaba, pero los golpes se repitieron, estaban golpeando la puerta. El padre se levantó, iba ajustándose los pantalones cuando abrió la puerta y recibió un culatazo en la cara que lo tiró al suelo.       

          Dijeron su nombre, gritaron ¡este es el rojo! La mujer y las hijas mayores salieron en camisón, asustadas, con los gritos. La hija mayor vio a su padre sangrando en el suelo y se acercó recibiendo un empujón que la tiró también al suelo. Su esposa se dio cuenta de lo que pasaba, se lo iban a llevar, a darle el paseíllo...Les imploró, les rogó, pero de nada sirvió. Se lo llevaron, lo subieron al camión dónde iban otros vecinos del barrio...y no volvieron a verlo más.

          Todos fueron asesinados, en la tapia del cementerio y yacen en alguna de las fosas que hay en aquel lugar. 

          Su familia nunca olvidó, perdonó a sus asesinos (¡qué difícil debe ser!), y sus descendientes cuentan la historia de aquella noche a sus hijos y les dice que no lo olviden, para que aquel horror no se vuelva a repetir. mmhr/2020

 

jueves, 26 de septiembre de 2024

IDP 543

          
Al bajar del tren sacó un pitillo, buscó el encendedor y ¡vaya! no estaba en el bolsillo de su chaqueta. Entonces recordó que en el vagón restaurante un señor muy mayor le había pedido fuego. Total, que lo había perdido. Era importante que lo encontrara, de hecho no podía llegar a su destino sin el encendedor.
El tren ya había seguido su trayecto.
Un pasajero encontró en el pasillo un encendedor, parecía valioso. Por un instante decidió buscar al revisor y entregárselo. Seguro que a su dueño le gustaría encontrarlo. Empezó a observarlo. Era plateado, tenía incrustradas unas piedras semipreciosas. Al tocar una de ellas, se abrió una especie de compartimento minúsculo y algo cayó de su interior. Buscó durante un largo rato y al fin vió un cilindro dorado de proporciones casi microscópicas. Se agachó y lo cogió. Entonces sintió que sus dedos se quemaban. Sintió un dolor inaguantable y sus dedos se fueron descarnando a gran velocidad y en menos de treinta segundos sólo quedaban sus huesos en el suelo.
Nadie encontró explicación para aquel suceso. En el pasillo de un tren había aparecido un esqueleto.
Cuando leyó en el periódico la noticia supo enseguida que aquel esqueleto y su encendedor habían estado en contacto. El prototipo de destrucción instántanea IDP 543 no podía perderse y llegar a manos del enemigo. Pero no sería difícil encontrarla, pues iría dejando pistas fáciles de seguir.
Durante toda la semana los periódicos no hablaban de otra cosa: un misterioso esqueleto había aparecido en un tren. No habían trascendido a los medios los datos del examen hecho por los forenses, por lo que los mass media especulaban versiones inverosímiles que ofrecían expertos en diversas materias: policías, médicos, biólogos e incluso algún personaje experto en ocultismo. Se llegó a decir que todo había sido una broma -de mal gusto- que se le habría preparado al maquinista que hacia su primer trayecto para esta compañía ferroviaria, vamos que era una novatada.
El informe del forense determinó que los restos óseos encontrados correspondían a un hombre de entre 30 y 40 años, de 1'80 de estatura, al que le faltaban dos falanges del dedo corazón de la mano izquierda. No sabían casi nada más, probablemente correspondían a algún pasajero por lo que publicaron estos datos por si pudiera ser alguien que había desaparecido. No había restos de ninguna sustancia, los huesos estaban totalmente desprovistos de otros restos orgánicos, estaban limpios y relucientes, no habían estado enterrados,...era todo un misterio.
El IDP 543 contenía hasta seis cilindros dorados en otros tantos compartimentos secretos, lo que significaba que iría dejando un rastro de aquellos que lo manipulasen. La multinacional para la que trabajaba llevaba años subvencionando su investigación desde que les presentó el proyecto. Habían guardado en secreto toda la investigación, pero una de las últimas memorias entregadas había desaparecido por lo que era esencial encontrar el prototipo. El IDP 543 no tenían un gran coste de producción pero su valor era incalculable y su inventor tenía la intención de hacerse millonario. Durante años había trabajado en diferentes multinacionales y Estados sin conseguir salir de la mediocridad, era ambicioso y ¡por fin! había llegado su fortuna. Nunca aspiró a obtener premios o galardones por su trabajo, solo quería ser rico, riquísimo, sin importarle las consecuencias éticas de su invento. El IDP 543 siempre iría unido a su nombre (Ian Douglas Perkins) como la guillotina al Dr. Guillotin.
En la comisaría central, Frank Silver, jugueteaba con su encendedor; lo había sustraído del tren cuando fueron a inspeccionar el esqueleto. Le gustó desde el primer momento, lo vió a unos dos metros de los restos, brillaba, observó que ningún compañero ni el forense miraban en esa dirección y lo guardó en su bolsillo. Su compañero, Albert, se acercaba con los cafés por lo que se lo guardó rápidamente en el bolsillo de su pantalón. Tomaron sus cafés y recibieron una llamada del comisario, tenían un aviso de reyerta en un bar de la calle 15...
El Dr. Perkins tenía tres días como máximo para llevar el prototipo a la reunión del consejo de dirección de la multinacional.
En la comisaría Frank hacía el informe de la pelea para entregar al comisario. Cuando lo terminó se dirigió al despacho de este y lo dejó en su mesa; como no estaba el comisario aprovechó para echar una mirada y cogió una pluma que le llamó la atención guardándola en el bolsillo del pantalón. Entonces fue cuando notó que faltaba el encendedor. No recordaba haberlo sacado, ¿dónde lo habría perdido?
En el bar de la calle 15 los empleados se afanaban por limpiar y ordenar el local después de la pelea. Michael, uno de los camareros encontró un encendedor con aspecto de valer bastante y se lo entregó al encargado. Seguro que su dueño volvería por él. El encargado lo puso en un cajón de la mesa del pequeño despacho que había tras la cocina. Dos horas después cuando todos se habían marchado, lo sacó, lo observó y decidió quedárselo. Apagó las luces, cerró las puertas y decidió que ya era hora de fumar un cigarrillo. Sacó el pitillo, lo encendió y cuando iba a guardar el encendedor en su chaqueta notó algo que se movió, sí era un minúsculo compartimento en uno de los ángulos, allí dentro había un cilindro pequeñísimo, como una pila minúscula que intentó sacar agitando el encendedor. Tras varios intentos se desprendió y pudo cogerla, no sin antes tirar el cigarrilo que le estaba quemando los labios. Lo puso en la palma de su mano y prontó sintió que le quemaba ¿qué era aquello? No pudo pensar nada más. En la acera quedó su esqueleto...
Pasaron horas hasta que alguien que pasaba por allí lo descubrió y llamó a la policía.
Thomas llevaba muchos años rebuscando en los contenedores de basura. Como otros "sin techo" llevaba un carrito de supermercado lleno de sus pertenencias (hoy había encontrado una botas que le vendrían muy bien). Vio algo que brillaba en el suelo, se agachó y cogió el encendedor. Tenía incrustadas piedras de colores en el metal dorado, no se le ocurrió que fuera valioso pero le gustó y se lo quedó...
Al día siguiente los periódicos traían grandes titulares ¡DOS ESQUELETOS HAN APARECIDO! rodeados del mismo misterio que el del tren. Uno en la puerta de un bar de la calle 15 y otro muy cerca, en un cajero automático donde solían dormir algunos "sin techo".
El Dr. Perkins tomó nota de la dirección. Tenía que encontrar el IDP 543, ya iban tres muertos, el pánico se extendía por la ciudad. Buscó por la zona, con discreción pero no lo encontró.
Marla, la limpiadora del banco donde encontraron uno de los esqueletos, limpiaba el lugar después de irse la policía; detrás de un macetón encontró el encendedor y se lo quedó. Su marido se pondría muy contento cuando se lo diera. Cuando volvía a casa llevaba su mano en el bolsillo del abrigo, sus dedos tocaban, acariciaban el encendedor y pensaba en su marido. De repente, empezó a sentir un ardor en sus dedos ¡se estaba quemando!
Quedaban dos días para la entrega del prototipo cuando en las noticias de la ABC anunciaron que habían encontrado el cuarto esqueleto cerca de la estación de metro de la calle 14.
El Dr. Perkins se dirigió hacia allí con la esperanza de hallarlo antes de que llamara más la atención. El caso de los esqueletos tenía a la ciudad aterrada. Aunque los informes del forense no decían nada nuevo, solo datos como los del primero sobre la edad, sexo y complexión, la gente pensaba que un loco andaba suelto y rociaba con ácido a sus víctimas. Así que ya se hablaba del "asesino del ácido". Nada más lejos de la realidad.
La secretaria del presidente de la multinacional llamó al Dr. Perkins para recordarle que la reuníón se celebraría el viernes a las 15:00 horas. Tenía que apresurarse en encontrarlo.
Frank Silver no podía creer la suerte que tenía, había encontrado el encendedor, pero lo que no podía creer es que estuviera junto al último esqueleto encontrado. Era un misterio, pero, bueno, ya estaba en su poder. De vuelta a la comisaría Albert le dijo que le había visto guardarse algo de la escena del crimen en el bolsillo; hacía tiempo que había notado la afición de Frank por apropiarse de lo ajeno, no solían ser objetos valiosos pero en algunos casos, como este, podían ser esenciales para esclarecer el caso. Frank se lo enseñó y Albert lo tomó en sus manos, le dio la vuelta, le pareció un objeto muy singular, nunca había visto nada igual. Pararon ante un burger y Frank salió a comprar unas hamburguesas mientras Albert seguía embelesado con el encendedor. Miraba las piedras, seguro que el encendedor era de algún millonario, entonces sintió que una de las piedras se levantaba dejando un minúsculo compartimento abierto. En el interior había un pequeñísimo cilindro dorado, intentó extraerlo con la uña y entonces empezó a sentir quemazón en el dedo...
Cuando Frank volvió descubrió aterrorizado el esqueleto de su compañero sobre el volante. Asustado empezó a gritar, la gente se arremolinaba alrededor del coche patrulla. Entre los curiosos estaba el Dr. Perkins, quién hábilmente y con sumo cuidado abrió el coche para llamar pidiendo ayuda pues el otro policía seguía histérico. Allí a los pies de lo que quedaba de Albert estaba el IDP 543, lo recogió y para cuando llegaron la ambulancia y dos coches de policía, él ya se había alejado.
Aún quedaba un cilindro en el interior, menos mal. Podría hacer la demostración en la reunión del consejo. Estaba en su casa, tenía que preparar la presentación para el viernes. Para la demostración había pedido que le llevasen un chimpancé del laboratorio a la sala de reuniones, enjaulado por supuesto. Ya en los ensayos había utilizado varios. Resultaba obvio que el efecto en humanos era todo un éxito. La policía no averiguaría nada y cerrarían el caso. Quizás con el tiempo cuando el IDP 543 se usara como un arma de modo habitual alguien relacionara los esqueletos con ella...
Llegó el viernes. El Dr. Perkins estaba en la sala ante el consejo de dirección. Junto a él en una jaula estaba el chimpancé. Hizo la presentación del proyecto. Evidentemente podría aplicarse a otros objetos cotidianos, tener más o menos cilindros...Había causado gran expectación, querían ver la demostración. Se murmuraba cuánto podrían ganar con el IDP 543.
El Dr. Perkins tomó el encendedor que tenía en su maletín, y se acercó a la jaula. Empezó a juguetear con él para llamar la atención del chimpancé, que sacó el brazo y se lo quitó de la mano. El primate lo miró, lo olió y lo lanzó fuera de la jaula. Perkins, irritado, lo recogió y pronto sintió que su mano se quemaba..., al instante solo quedó un esqueleto sobre la alfombra. Sí, había caído ciego por su ambición víctima de un invento terrorífico. Al caer el encendedor al suelo de manera violenta, se había abierto uno de los resortes y... mmhr/2014
Gracias, Xabier, por animarme.


jueves, 19 de septiembre de 2024

Compañeros

 Compañeros

Aquel gato se hizo su amigo. Cada vez que pasaba por la calle se acercaba, frotaba su pierna y ronroneaba. Lo adoptaría. Sí, se lo llevó a casa, se hicieron compañeros.

Cuando volvía del trabajo, se sentaba en su sillón favorito y el gato se sentaba en su regazo. Los dos eran felices.

Con el tiempo envejecieron, ya no eran tan amables el uno con el otro. Uno gruñía, el otro refunfuñaba. Por las noches el gato se aposentaba en aquel sillón, sí, en su favorito; ahora él prefería sentarse en la silla. El gato se relame en el sillón, después de cenar, viendo su programa favorito. Él, incómodo en la silla, decide irse a dormir. Mira su cama con nostalgia, recuerda lo a gusto que dormía en ella, entonces, el gato llega y se adueña del lecho mientras él se echa a su lado. El gato lo empuja hasta que consigue que caiga al suelo, sobre la alfombra donde duerme desde hace tanto tiempo...

Un día cuando llegó del trabajo, no podía abrir la puerta, hacía mucho frío; lo intentó de nuevo, buscó la llave que escondía en una maceta del porche y probó, tampoco abría. Tendría que llamar a un cerrajero.

El cerrajero cuando le dio el domicilio le dijo que ese mismo día había cambiado las cerraduras de esa casa para el nuevo inquilino. ¿Nuevo inquilino? El cerrajero se fue. Entonces miró por la ventana y vio al gato repantigado en el sillón, con su mantita, disfrutando de su serie favorita, como cada día. ¿Cómo cada día? No, ¡qué locura! En el sillón estaba él, ¿él? ¿Entonces, si yo soy él, quién soy yo? Dijo, mientras soltaba un bufido

mmhr/2022

sábado, 20 de julio de 2024

Noche cálida sin estrellas

 Noche cálida sin estrellas

Poder mirar el cielo, ver los astros,

Esa luna que, a veces nos ilumina

Haciendo la noche, día, y

Otras desaparece entre las nubes

O se oculta tímida de

Nuestra impertinente mirada.

Anoche quería ver las estrellas

En el cielo urbano, fue imposible.

Sin poder dormir por el agobiante calor,

Daba vueltas en la cama,

Y volvía hacía el balcón e intentaba

Ver las estrellas, la luna,

En el cielo urbano, fue imposible.

Finalmente, amaneciendo caí

En brazos de Morfeo y

Soñé que las estrellas

Abanicaban mi sueño. mmhr/11-08-2021

miércoles, 17 de julio de 2024

Sueños bilingües

 Sueños bilingües

Dream, dream, dream, 

you may say I'm a dreamer 

but nothing only one. 

I dream, I have a dream.

Sueño, sueñas, sueña, soñamos, soñáis, sueñan

¿y quién no? 

Despierto, dormido, en la juventud o en la madurez, 

hay que tener sueños y soñar que los alcanzas,

even when you are un viejito.

Sueño despierto, sueño contigo, 

sueño despierto que sueñas conmigo,

soñamos un sueño, 

 we got that dream but...one day it finished.

Soñando que estoy en un sueño contigo. 

Soñando que estás despierto conmigo. 

Me despierto y el sueño se ha ido. 

Sigo soñando y estoy contigo.

Soñando me despierto, despierto te sueño, 

soñamos el sueño infinito.

Dreaming in heaven, dreaming with you.  

Sueña, sueño, soñamos el sueño infinito, 

en un bucle de sueños, de sueños bonitos,

 en el helado Ártico siempre contigo. 

Sueño de fuego, en el hielo contigo. mmhr/2017-2024

sábado, 6 de julio de 2024

H2O

H2O

        El agua se acabó. Los ríos secos unos, contaminados otros. Ahora la humanidad ha hecho grandes inversiones en desaladoras que se extienden por todo el mundo. Para ello dejaron de invertir en educación y en sanidad.

        Hoy somos menos habitantes y más analfabetos y hay más guerras por conseguir el oro líquido, el agua. mmhr/2024 

viernes, 5 de julio de 2024

La cárcel

 La cárcel

                Era horrible estar preso. Carecer de libertad era inhumano. No podía hacer nada por sí mismo. Ayer le llevaron al hospital y con unas grandes tijeras le quitaron la escayola que cubría gran parte de su cuerpo. mmhr/2024

jueves, 4 de julio de 2024

Posesión

 Posesión

                Mi abuela ha muerto. La siento dentro de mí. Quiero que se vaya, que me deje. Querría que no se fuera, que no se hubiera ido pero así no puedo vivir. Hay que enterrarla y así se irá y yo no haré daño a nadie más. mmhr/2024

lunes, 10 de junio de 2024

El dilema

EL DILEMA

            Gustavo, piensa, no puedes seguir así. Estás cansado siempre, ese trabajo te está matando poco a poco y tienes que dejarlo. Claro, tienes que decidirte. Si lo dejas te quedas en el paro con todo lo que supone esa decisión. No tienes ahorros, tienes que apañarte. Si sigues trabajando, si sigues no sé cómo seguirás vivo. Huele a quemado. Ja ja, quemado, estás tú. Es posible que se esté quemando la comida. Tienes que decidirte. Te quedas en el paro y buscas otro trabajo mejor que no te estrese, con un jefe que no sea un hijo de puta. Sí, porque a este no lo aguantas más. Es un explotador, os hace trabajar 12 ó 14 horas y solo paga 8. El bote se lo queda y si tenéis que comer os hace comer las sobras. ¿Cómo llegaste a esta situación, Gustavo? No sabes cuándo. Tal vez, sí, fue entonces, empezaste hace diez años. Son los peores años de tu vida. Sirves las mesas y te gusta atender a los clientes, aunque hay algunos que son unos siesos, en general son amables y tú eres educado y amable con ellos. Huele a quemado. Tienes que ir a la cocina. Se ha quemado la carne, achicharrada. Sigues pensando que lo mejor es empezar a mandar curriculums y buscar trabajo. No sabes cómo pero tienes que hacerlo y hoy todavía tienes que ir a trabajar al restaurante. Ves la cara del jefe, escuchas sus órdenes a gritos en tu cabeza, te vuelves loco. No puedes más, pero tienes que ir hoy. No sabes que vas a comer ahora. Pues te haces un bocadillo, te arreglas y te vas al curro. Tus compañeros piensan igual que tú pero tienen familia, son “sin papeles” y aguantan. Tú no, diez años son muchos, ahora lo vas a dejar. Lo dejas, seguro. La decisión está tomada. Gustavo, te dices, sonríe un poco. mmhr/2024

jueves, 9 de mayo de 2024

El paraguas

 El paraguas

        Salir a caminar bajo la lluvia fue una práctica habitual durante una época de su adolescencia. Se sentía libre y pensaba en un futuro mejor que aquel presente. Tenía que mentir para que la dejaran salir. Se inventaba que tenía que ir a casa de alguna compañera del instituto. Si hubiese dicho lo que pensaba hacer, caminar bajo la lluvia, sin rumbo, andar por andar oyendo las gotas chocar en el paraguas...Pero ella se sentía en otro mundo, en el suyo, imaginado. Un mundo en el que estaría relajada y no tendría que escaparse a caminar bajo la lluvia. Huele la tierra mojada y recuerda esos paseos solitarios con su paraguas como único compañero de camino. El agua le salpica los pies, está fría...Cuando vuelve, es otra, la lluvia, el paseo, la han renovado y llenado de energía para seguir esperando el futuro, el ahora. mmhr/2023

sábado, 27 de abril de 2024

Cajas

 Cajas

Cajas de cartón vacías

montan las operarias.

¿Qué contendrán mañana?

Cajas llenas de ilusiones,

Cajas llenas de desengaños.

Cajas, cajas y más cajas

montan las operarias.

Cajas de cartón vacías

montan risueñas las operarias.

Y así pasan el día montando

cajas de cartón vacías.

Entre sonrisas y cartón

montan las cajas vacías.

Se apilan desordenadas,

se sientan en ellas,

charlan y ríen

mientras miran las cajas vacías. mmhr/2023

jueves, 25 de abril de 2024

La frutería

 La frutería

Al entrar me impregné de una amalgama de olores frescos a naranjas, fresas, limones, tomates, pimientos, ajos y brócoli. Colores cálidos, rojos, anaranjados, rosados y amarillos y el frío verde. Saboreaba con los ojos. Masticaba el perfume dulce, ácido, picante de todos los frutos que allí tenían. El brócoli, verde oscuro, intentaba destacar sobre las fresas y, a veces, lo conseguía. El humilde ajo soñaba con los platos en los que podría usarlo. La lechuga, los tomates, pimientos y cebollas pensaban que pronto estarían juntos en una fuente. Yo miraba a un lado y a otro, respiraba hondo y pensaba que estaba cerca del paraíso. Las manzanas me miraron y me guiñaron un ojo. mmhr/2024

miércoles, 24 de abril de 2024

Alba

 Alba

Apenas ha llegado al mundo. Duerme plácidamente. Labios relajados con forma de corazón, ojos rasgados, nariz pequeña, mofletes rosados, brazos hacia arriba con las manos semicerradas. Mirarla, olerla, sentirla respirar me llena de gozo. mmhr/2024

martes, 23 de abril de 2024

Nada y todo

 Inspirado en un poema de Gloria Fuertes

Nada y todo

Ni fui sal, ni arena,

ni agua, ni sombra

y sin embargo soy

sal de tu vida,

arena de tu suelo,

agua que sacia tu sed,

sombra que te cobija

del sol ardiente. mmhr/2023

domingo, 21 de abril de 2024

Despedida

Despedida

Antes de irme, quiero decirte

que has sido sol en mi vida,

que el mar nos envolvió

cada día con sus olas

para arropar el amor

que nos dimos tantos años.

Antes de irme, quiero decirte

que me hiciste feliz

cada día con tus abrazos,

que el sol siga

iluminando tu camino. mmhr/2023

viernes, 19 de abril de 2024

No quiero

 Poema inspirado en el "No quiero" de ÁNGELA FIGUERA AYMERICH

NO QUIERO

No quiero

que los niños mueran

ni la guerra se venda

ni se compre la paz

ni se alquile el cariño.

No quiero

que el maíz se queme y el pan falte.


No quiero

que haya hambre en las casas

que haya sangre en las calles,

que haya dolor en los ojos.


No quiero

que en los labios se encierren silencios,

que en las arcas se encierren riquezas,

que en la cárcel se encierre a los inocentes.


No quiero que el campesino trabaje sin agua

que el pescador navegue sin brújula,

que en la fábrica no haya rosas,

que en la mina no vean el sol,

que en el colegio no ría el maestro.


No quiero

que las madres no tengan sonrisas,

que las chicas no tengan amores,

que los padres no tengan trabajo,

que a las niñas les traigan los Reyes

pijamas de punto y lápices.


No quiero

que el mundo se parta en trozos,

que en el mar se establezcan imperios,

que en el aire se agiten espadas

que en los vestidos se pongan símbolos.


No quiero

un hijo soldado,

que los hijos de padre desfilen

con fusil y con sangre en sus manos;

que jamás se lancen bombas

que jamás se fabriquen misiles.


No quiero

que me manden dictador o tirano,

que me espíe la vecina de enfrente,

que me pongan grilletes y mordazas,

que decreten lo que es libertad.


No quiero amar en silencio,

gemir en silencio

cantan en silencio.


No quiero

que me cierren los labios

cuando grito NO QUIERO...

Mercedes Humanes

mmhr/2023

miércoles, 17 de abril de 2024

Haikus (II)

 Otoño 

El cielo es gris,

y no se ve el sol rojo

ya no calienta.

Tarde otoñal

Lluvia cortante,

el suelo es amarillo.

Tarde otoñal.

Amor 

Labios rosados,

sonrisa cristalina.

El amor ríe.

Agua 

Cascada de agua

del manantial oscuro

al río salta.

mmhr/2023

lunes, 15 de abril de 2024

domingo, 14 de abril de 2024

Loba negra

        Lo empecé a final de octubre y me costaba leerlo con atención. Me lo llevé para leer en unas vacaciones y ni lo abrí. Cuando volví a casa, estaba allí, colocado junto a mi sillón favorito pero siguió cerrado. Ayer lo llevé a la estantería para mejor ocasión y cogí otro que me ha enganchado...Luego, no es que tenga problemas de concentración otra vez...Ha pasado casi un año y aunque lo he vuelto a coger...ha vuelto a la estantería. Ha hecho más de 2000 km conmigo (otro viaje) y no lo he abierto, he preferido dos que me compré en el lugar de vacaciones y que me he "bebido". Sigue a la espera de otra oportunidad, no lo descarto.

        

                Finalmente, lo leí. Me puse en ello y me gustó. Ahora creo que han hecho una serie, seguro que  engancha más por aquello de los recursos audiovisuales. Me cae bien el inspector Jon Gutiérrez. Antonia me inquieta, me hace pensar cuántas Antonia Scott habrá en la realidad.

    "A Jon no le gustan los cadáveres en el río Manzanares.

        No es una cuestión de estética. Este cadáver es muy desagradable (parece que lleva mucho tiempo en el agua), con la piel cerúlea repleta de manchas violáceas, las manos casi separadas de las muñecas. Pero no es cuestión de ponerse exquisitos".

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