Puerto de Ribadeo (Lugo, Galicia). Fotos. mmhr/2009

sábado, 1 de septiembre de 2018

IDP 543 (1)

Al bajar del tren sacó un pitillo, buscó el encendedor y ¡vaya! no estaba en el bolsillo de su chaqueta. Entonces recordó que en el vagón restaurante un señor muy mayor le había pedido fuego. Total, que lo había perdido. Era importante que lo encontrara, de hecho no podía llegar a su destino sin el encendedor.
El tren ya había seguido su trayecto.
Un pasajero encontró en el pasillo un encendedor, parecía valioso. Por un instante decidió buscar al revisor y entregárselo. Seguro que a su dueño le gustaría encontrarlo. Empezó a observarlo. Era plateado, tenía incrustradas unas piedras semipreciosas. Al tocar una de ellas, se abrió una especie de compartimento minúsculo y algo cayó de su interior. Buscó durante un largo rato y al fin vió un cilindro dorado de proporciones casi microscópicas. Se agachó y lo cogió. Entonces sintió que sus dedos se quemaban. Sintió un dolor inaguantable y sus dedos se fueron descarnando a gran velocidad  y en menos de treinta segundos sólo quedaban sus huesos en el suelo.
Nadie encontró explicación para aquel suceso. En el pasillo de un tren había aparecido un esqueleto.
Cuando leyó en el periódico la noticia supo enseguida que aquel esqueleto y su encendedor habían estado en contacto. El prototipo de destrucción instántanea IDP 543 no podía perderse y llegar a manos del enemigo. Pero no sería difícil encontrarla, pues iría dejando pistas fáciles de seguir. mmhr (septiembre/2011)
 
 

8 comentarios de Free Like the Wind

emilio dijo

Vaya, merhum, no conocía yo esta faceta tuya. No entiendo mucho de relatos, pero yo te pongo un 10. Para que te animes a seguir escribiendo, antes de empezar...Bueno, y también después!
08 Septiembre 2011, 19:32

merhum dijo

Buenas noches, Emilio. No es el primero que escribo y en este blog hay algunos. Mucchas gracias por la nota .
Un abrazo.
08 Septiembre 2011, 22:17

javierdemurga dijo

Extraño y original relato, es una pena que no continue.
Un abrazo.
Xabier.
09 Septiembre 2011, 06:55

merhum dijo

Gracias, Xabier. Cuando se me ocurre escribir relatos cortos, como este, es la respuesta a una pulsión inmediata. La idea va desarrollándose mientras le doy al teclado a partir de la primera frase. He escrito otros un poco más largos. Quizás algún día los continúe.
Un abrazo.
09 Septiembre 2011, 07:48

dezabaleta dijo

Genial, un relato genial !
Saludos
Mark de Zabaleta
09 Septiembre 2011, 07:56

merhum dijo

Muachas gracias, Mark. Saludos.
09 Septiembre 2011, 07:59

merhum dijo

El tabaco te deja en los huesos, pero lentamente. La IDP 543 es rapidísima. Gracias. Saludos.
09 Septiembre 2011, 22:40

10 comentarios:

Mark de Zabaleta dijo...

Siempre es oportuno recordar que hay que dejarlo....

Saludos

pensador dijo...

Hola Mercedes:

Pobre hombre... es ficción pero me solidarizo con él. Fue una imprudencia manipular ese encendedor, es más, fue deshonesto no agotar todos los medios para encontrar al dueño del tentador encendedor, pero mira cómo terminó por su pecado. Pobre, siento mucha pena por la mala suerte de este señor, de ahí mi solidaridad con él, ojalá y es mi deseo: que si no logra encontrar su encendedor, no haya perdido también la fórmula del IDP 543.

Un abrazo.

mmhr dijo...

No era mi intención, Mark, aunque quizás el subconsciente decidió...Saludos.

mmhr dijo...

Hola, Pensador. El IDP 543 es un arma infernal, mejor que la fórmula se autodestruya. Un abrazo.

Estrella dijo...

No se puede jugar con armas, que las carga el diablo...
Un excelente relato, me ha encantado. Hemos coincidido en el tren, feliz viaje, Mercedes.
Un beso.
Estrella

mmhr dijo...

Muchas gracias, Estrella. Esta noche la continuación de este relato. No te lo pierdas. Un beso.

Unknown dijo...

Menudo relato...voy a leer la continuación..me has dejado intrigada. Un beso

mmhr dijo...

Hola, Águeda. Nuestro amigo Xabier decía que le parecía corto, así que me animé a continuarlo. Gracias. Un beso.

Javier Carrasco dijo...

Excelente microrrelato, Mercedes, de final insospechado. La dificultad del relato corto estriba en la brevedad, que no deja cabida a divagaciones, y donde cada pieza debe encajar sin dejar fisuras ni cabos sueltos, como si de un puzzle se tratara. Enhorabuena. Saludos.

mmhr dijo...

Muchas gracias, Javier. Un abrazo.

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