CALIPSO: Arcos de la Frontera

martes, 10 de noviembre de 2020

Arcos de la Frontera

Arcos de la Frontera es un municipio español de la provincia de Cádiz, en Andalucía. Se trata del municipio más poblado de la comarca de Sierra de Cádiz y también el más extenso. Es un importante lugar para el turismo interior y la industria comarcal, y tiene una posición estratégica entre la Campiña Jerezana y la Serranía.

En 2018 contaba con 30.741 habitantes. Se encuentra situada a una altitud de 185 metros y a 67 kilómetros de la capital de provincia, Cádiz. Se ubica en un cerro junto al río Guadalete, que a lo largo de la historia obligó a construir puentes de cada vez mayor altura para salvarlo.

Limita al norte con los municipios de Espera y Bornos, al noreste con el municipio de Villamartín, al este con los municipios de El Bosque y Prado del Rey, al sureste con los municipios de Benaocaz y Ubrique, al sur con los municipios de Algar y San José del Valle y al oeste con el municipio de Jerez de la Frontera.

En el siglo XXI se ha convertido en la entrada de la Ruta de los Pueblos Blancos y Conjunto Histórico-Artístico. Junto con sus magníficos paisajes, la hacen destino turístico de primer orden en la provincia de Cádiz, lo que constituye su principal fuente de ingresos. Además, existe una incipiente industria vitivinícola, destacando por ser la primera bodega de Andalucía en producir vino tinto en época moderna.

Arcos está considerado uno de los pueblos más bellos de España. Existen huellas de sus primeros pobladores prehistóricos y romanos en el yacimiento de la Sierra de Aznar, pero a quien debe la ciudad su impronta y actual fisonomía es a la cultura musulmana.

A través de estrechísimas y empinadas calles y bajo antiguos arcos, el visitante se aproxima a su casco antiguo, declarado Conjunto Histórico, donde se conservan joyas monumentales como el castillo de los Duques (s. XV), la Puerta de Matrera (ss. XI-XIV) y los restos del recinto amurallado, sus palacios y casas señoriales, la basílica de Santa María, la iglesia de San Pedro, además de numerosos templos, capillas y conventos.

Roca caliza, muy abundante en la zona, en un muro.

La primera vez que estuve en Arcos tenía trece años. Fue una excursión que organizó el instituto en el que estudiaba. Recordaba esa fachada, en la que nos hicimos una foto todo el grupo de compañeras con el profesor. La foto, en blanco y negro, la tengo en la memoria, no recuerdo si alguna vez tuve una copia. También recordaba con vértigo el tajo al que se accede desde la plaza de España y los preciosos paisajes que se ven desde allí.

En esta visita, de varios días, la recorrimos por sus calles estrechas, empinadas, gozamos de la gastronomía típica y compramos dulces en un convento de monjas.

El Mesón de la Molinera está a orillas del embalse de El Santiscal. Allí desayuné aquel lejano día de excursión escolar. En esta ocasión fuimos a cenar una de las noches. Entonces había un barco, en un embarcadero junto al Mesón, como los del Mississipi en EEUU, recuerdo que estuvimos dando un paseo por el embalse. He encontrado un vídeo, y añadido el enlace. El barco lo recuerdo pintado de rojo y blanco y lo que nos gustó ese paseo (yo pensando en Tom Sawywer y su amigo Huckleberry Finn...). El barco fue un atractivo turístico desde su botadura en 1965 hasta los 90. Esta vez lo busqué, quizás queriendo recordar la aventura de aquella edad tan lejana, pero no lo encontré. al parecer está encallado y oxidado, hecho una ruina, abandonado...

Durante esta escapada rural en febrero de 2016, nos alojamos en la Hacienda El Santiscal. Todo muy bien, muy tranquilo e ideal para quitarte el estrés. Por otra parte, el desayuno, cada día era una rica sorpresa.

También visitamos algunos pueblos limítrofes como Bornos, Ubrique y Grazalema, dónde cayó una gran nevada.