Película neozelandesa de 1993 que obtuvo la Palma de Oro del Festival de Cannes y el premio a la mejor actriz fue para Holly Hunter. En 1994 obtuvo tres Oscars: mejor actriz (Holly Hunter), mejor actriz de reparto (Anna Paquin) y mejor guión (Jane Campion) y nominada en mejor película, mejor director, mejor fotografía, mejor montaje y mejor diseño de vestuario.
Directora: Jane Campion
Guión: Jane Campion
Fotografía: Stuart Dryburgh
Música: Michael Nyman
Género: Drama
Reparto: Holly Hunter, Anna Paquin, Sam Neill y Harvey Keitel.
A mitad del siglo XIX, la protagonista, Ada, que es una pianista viuda con una hija, contrae nuevo matrimonio (a ciegas), obligada por sus padres, con un rico granjero de Nueva Zelanda, un mundo nuevo y lejano en aquella época. Tras un viaje larguísimo desde Escocia llega a su destino con su hija y su piano a un territorio salvaje y lleno de brutalidad, un mundo machista que no entiende su sensibilidad y amor por la música. Ella ha creado un universo con su hija y el piano y se comunican a través de la música y el lenguaje de signos, pues Ada es sordomuda.
Dos mundos se contraponen: uno, violento (hasta la propia naturaleza es violenta), soez, insensible, y materialista rodea al marido y otro, lleno de belleza y sensibilidad en torno a Ada. El ambicioso marido cambiará el piano por un trozo de tierra a un vecino pero Ada seguirá tocándolo al empezar a dar clases al vecino y surgirá una verdadera pasión entre ellos...
Harvey Keitel desde mi punto de vista también merecía algún premio por su papel del vecino y amante de Ada.
Respecto a la música de la BSO de Michael Nyman, es inolvidable. Antes de ver la película estaba ya harta de escuchar el CD, en el coche camino del trabajo o en casa, tanto que un vecino me sugirió que cambiara de disco...Después, cuando ví la película, me gustó más aún. Desde entonces, cuando la escucho, van pasando las escenas por mi cabeza a la vez que me deleito con la música.
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