Me encantan los papeles antiguos y, a veces, encuentro, sin haber buscado, documentos como esta carta. Los historiadores nos rodeamos de papeles, libros, carpetas, etc., que llenan cajones y estanterías con el objetivo de tener tiempo para analizarlos todos, investigar los entresijos de mil historias que duermen mientras nos esperan. Los hay afortunados de poder dedicar todo su tiempo a la labor investigadora pero a la mayoría apenas nos queda un ratito en nuestra vida para hacerlo; mil tareas diversas no me dejan tiempo para esta labor ingrata y satisfactoria a la vez: así fueron quedando algunos trabajos a medias o casi terminados, incluida la tesis, que descansa para la eternidad en el fondo olvidado de un cajón.
Hoy tocó arreglar algunos cajones de la biblioteca y en un viejo libro -comprado en la feria del libro antiguo de hace unos años- me encontré una carta, breve, de Jacinto Benavente, dirigida a un particular. No es un documento histórico que vaya a cambiar la biografía del autor, pero sí cambia la visión que yo tengo sobre este escritor.
Fragmento de una carta manuscrita por Jacinto Benavente en 1951 |
4 comentarios:
Realmente interesante...
Desde luego, Mark. Saludos.
Hola Mercedes: No importa si es un documento trascendental. Lo que me interesa es la "atmósfera" que se respira en tu escrito: Una tarde, tal vez lluviosa, en la uno intenta poner un poco de orden en sus papeles...y en su vida. Quizás un pequeño descanso para tomar un café y recordar todo aquello que pudo ser y no fue o preguntándose como el Zavalita de Vargas Llosa cuándo se jodió el Perú...
Un abrazo y...¡No perdamos contacto!
Hola, Emilio. Pues tienes razón, que vuele la imaginación hacia ese momento...¡Seguimos en contacto! Un abrazo.
Publicar un comentario