El jueves pasado estaba haciendo un post para despedirme de mis alumnos en mi blog Lakoiné..., y puse esta obra de José Saramago porque fue la primera que encontré y porque es un autor que me gusta.
Ayer, cuando almorzaba dieron la noticia de su muerte.
Tuve la suerte de conocerle personalmente en 1989 cuando estaba haciendo un curso en la Universidad Hispanoamericana Santa María de la Rábida (Huelva) y fue invitado a inaugurar una exposición en el Museo Provincial sobre el Bicentenario de la Revolución Francesa. Después compartió la cena con profesores y alumnos. Sencillo y cordial, me cayó bien desde el principio y empecé a leer obras suyas, artículos en la prensa y a conocerle cada vez mejor y admirarle más. Premio Nobel de Literatura en 1998.
"Hay quien se pasa la vida entera leyendo sin conseguir nunca ir más allá de la lectura, se quedan pegados a la página, no entienden que las palabras son sólo piedras puestas atravesando la corriente de un río, si están allí es para que podamos llegar a la otra margen, la otra margen es lo que importa" (La caverna).
Otro gran artista que se pierde El País
Hace 10 horas
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