Sensaciones
Acababa de llegar a la ciudad. Nunca había estado allí. Dejó el equipaje en la habitación y salió a dar un paseo por sus calles.
Era un día cálido y pronto le entró sed. Se sentó en una terraza y se pidió una cerveza bien fría.
Una suave brisa la envolvió. El aire olía a mar aunque estaba lejos de la playa.
No se había dado cuenta donde estaba hasta que le llegaron los gritos de los vendedores pregonando sus mercancías. Detrás de los árboles que le daban sombra había un mercado al aire libre y hacia allí encaminó sus pasos una vez pagó al camarero.
El mercado formaba un cuadrado de tenderetes en los que había de todo: pescado, marisco, carnes y quesos, frutas y hortalizas. Precisamente cerca de donde había estado sentada estaban los puestos de mariscos por eso le llegó el olor a mar.
Deambuló viendo los chillones colores de las frutas. El olor, los olores se mezclaban, el del pescado con el de las sandías abiertas; el de los quesos con el de los mangos y melocotones; el de las especias con las carnes. Junto a toda esa sinfonía de olores y colores destacaba el griterío de hombres y mujeres pregonando las bondades de sus mercancías.
A este lugar volvería cada semana a dejarse engatusar por los vendedores. Hoy sólo haría fotos y se dejaría llevar por los sentidos. mmhr/2023
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