Por primera vez en su vida le invadía una sensación de calma, serenidad, paz infinita...Un bienestar espiritual al que había llegado desde el sufrimiento, el dolor, la búsqueda de la felicidad a través de tantos años. Se preguntó qué hacer para no perderlo; no podía, no quería ni imaginar la vuelta atrás al estrés, al conflicto diario. No tenía ni idea de cómo lo haría; tal vez tendría que retirarse del mundanal ruido, aunque hacerse ermitaño no estaba en su mente. Sólo sabía que quería seguir así de bien, con la mente despejada, libre, abierta, en paz consigo mismo y con el mundo. mmhr/2014
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Foto: Embalse del Tranco de Beas, P. N. de las sierras de Cazorla, Segura y las Villas. Jaén, Andalucía, España. mmhr/2010.
Cena de Navidad
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