Puerto de Ribadeo (Lugo, Galicia). Fotos. mmhr/2009

lunes, 20 de enero de 2025

Jubilación y mala pata

           Pensaba que por estas fechas estaría saltando de alegría al estar felizmente jubilada. Felizmente jubilada por haber cumplido mi etapa profesional y terminarla con salud; lo primero se ha cumplido, sí, deseaba con ansia la jubilación aunque la prorrogué unos meses para no dejar a mis alumnos antes de acabar el curso; lo segundo, a medias, pero ya sabemos, las mujeres vivimos más que los hombres pero con "más pastillitas", muchas de nosotras padecemos a partir de los cincuenta un descenso físico notorio. No me refiero al físico visible, que es obvio, me refiero al que no se ve.

          En mayo, en mi segunda salida tras el confinamiento tuve la mala pata, nunca mejor dicho, de caerme y romperme el tercer metatarso de uno de mis pies. Eso me llevó a estar dos meses más confinada, inmovilizada, saliendo solo para ir al médico y al fisio. En julio pasé todas las itv, oncología, endocrino, y traumatología (también la del coche). Sin embargo, cuando empezó agosto llegó una lumbalgia, como nunca había tenido, los médicos que me han visto hasta ahora dicen que es por sobrecarga, el tiempo de inmovilización, el peso..., pero, todavía sigo con ella, y hasta el mes que viene no sabré los resultados de las pruebas. Mientras el dolor que te incapacita...

          Pensaba que por estas fechas de septiembre estaría ya viajando, cruzando límites y fronteras, con el estrés crónico casi olvidado y sigo aquí. Sí, confinada, porque no camino bien, porque me duele, porque me quejo más que cuando tuve el cáncer. Me cuesta no pensar en el dolor porque es constante, porque no puedo conducir, porque dependo de los demás para la mayoría de las cosas, porque no puedo disfrutar todavía y estoy harta de antiinflamatorios y relajantes musculares que no quitan el dolor, si acaso lo menguan un poco.

         Me entretengo publicando artículos de vacaciones pasadas, no puedo concentrarme en la lectura, devoro los pasatiempos y las series televisivas. 

         No obstante, debo alegrarme de que el COVID19 no haya tocado a nadie de mi familia, de no tener que ir al instituto con la pandemia. 

         Este año pasará, saldré de estas, y entonces tendré el disfrute soñado y merecido. Mientras tanto, voy a cancelar otro de los viajes planeados. Salud. mmhr/2020

        Y hasta ahora no he podido escribir más sobre ésto. Han pasado más de cuatro años. Los resultados de las pruebas fueron demoledores, el bicho había vuelto. El dolor desapareció de la noche a la mañana. Metástasis ósea. Radioterapia. Afortunadamente encontramos una terapia (la segunda, la primera falló) que lo tiene a raya. Estoy bien, la enfermedad está controlada aunque con más pastillitas de colores. mmhr/2025


Vivir


El Sol se está ocultando. Coge aire, respira y sigue andando. No, no te pares, la vida sigue y tienes que vivirla. 

Caen las hojas de los árboles, cambian las estaciones, se suceden de modo inexorable la noche y el día. Vive, para que siga amaneciendo tu espíritu un día más. Haz el esfuerzo, lucha, indígnate y patalea cuando lo creas necesario; llora, ríe, ama, sí, ama siempre para que merezca la pena esa lucha constante; la lucha por vivir, por salvar los obstáculos que siempre surgen. La rueda de la vida sigue rodando, como las olas van y vienen, en su eterno girar.

Nada es fácil, aunque, a veces, lo parezca. Elige la opción por la que siempre te decantaste: la vida, la Vida con mayúsculas. mmhr/2020.

Foto: mmhr/2019

Entradas populares